Básicamente, podríamos decir que son vehículos que están a mitad de camino entre un dron y un helicóptero. ¿Ya están surcando los cielos? No, exceptuando los vuelos de prueba realizados en distintos países buscando la aprobación de las entidades reguladoras. ¿Nos llevarán al trabajo o de paseo en los próximos años? Son muchas las iniciativas en este sentido, pero todavía falta bastante para que sean algo cotidiano.
Pero mejor, repasemos lo que pudimos ver estos días en Barcelona.
Cuatro pasajeros + piloto
El VTOL de SK Telecom y Joby Aviation en el Mobile World Congress Barcelona.
Imposible no detenerse ante el vuelo simulado del vehículo presentado por SK Telecom, dominando buena parte de la zona central del Hall 3 de Fira Barcelona. El prototipo (95% idéntico al modelo que se está homologando) está montado frente a una gran pantalla, y los ocupantes pueden mediante el uso de VR participar de un vuelo urbano simulado.
Según las previsiones de la compañía, podría comercializarse a finales del 2025, o más probablemente recién en 2026. Al menos por los próximos años, este VTOL requiere de la presencia de un piloto, pero toda la tecnología se está desarrollando para que en un futuro puedan realizar vuelos autónomos.
Están pensados para la movilidad urbana, y cuenta con un sistema de detección de riesgos con inteligencia artificial que permitirá cambiar la ruta o el horario en caso de detectar problemas. Las estimaciones indican que un vuelo en estos “chiches” costaría por encima de los 5 dólares por kilómetro, precio no apto para cualquier bolsillo.
¿Te sobran 300.000?
La maqueta de Alef Aeronautics, que dicen será el “verdadero coche volador”.
En el hall 6, Alef Aeronautics está mostrando la maqueta de lo que ellos mismos llaman el “verdadero coche volador”. Se trata de un modelo que ya ha recibido el certificado de vuelo por parte de la Administración Federal de Aviación (FAA) de los Estados Unidos y que ya puede encargarse en el sitio web de la compañía.
El precio estimado de venta de las primeras unidades estará cerca de los 300.000 dólares, y al menos en los primeros años sólo podrá ser conducido por quienes tengan licencia de pilotos.
Parece ciencia ficción, pero sus creadores lo describen como “una obra de arte de la ingeniería”. A simple vista, parece un coche normal con un diseño algo futurista (que puede desplazarse normalmente por carreteras tradicionales) Pero lo buenos comienza cuando se transforma en vehículo volador. La estructura gira hasta ponerse en posición vertical, dejando pasar el aire como si fuese un gran ventilador, pero la cabina de los pasajeros permanece en sentido horizontal. "La idea es que este producto tiene que poder ser asequible para un hogar medio, y que llegue a costar unos 35.000 dólares cuando se produzca de manera masiva", asegura Konstantin Kisly, cofundador de Alef Aeronautics, ubicada en California.