La situación es así: el número de operaciones de compraventa de viviendas alcanzará las 580.000 transacciones en 2022, es decir que el sector inmobiliario experimenta una velocidad insólita en su recuperación tras la pandemia.
Desde Casavo destacan que la capital catalana es el único gran mercado que crece en el número de viviendas en venta disponibles (un 7%), pero esto es gracias a la oferta de segunda mano.
“Si observamos los datos históricos del sector inmobiliario, hasta octubre de 2021, la venta de obra nueva alcanzó un crecimiento interanual del 39%. Si nos centramos en el caso de Barcelona, es importante poner de relieve que la caída del 17,8% en las viviendas de obra nueva en la ciudad condal ha hecho de la vivienda usada la mejor solución para dar respuesta a las necesidades de los compradores”, resumen desde Casavo.
Esta reducción de 17,8% en el último año implica -en números absolutos- haber pasado de 1.409 unidades a 1.158, portenciando que las viviendas de segunda mano se conviertan en la mejor opción para combatir la falta de ‘stock’ inmobiliario.
“El mercado de las viviendas de segunda mano supone toda una oportunidad a la hora de dar respuesta a las necesidades de los usuarios, que buscan un hogar a la altura de las circunstancias. Asimismo, es importante subrayar que Barcelona cuenta con zonas y viviendas envejecidas, con mucho potencial debido a su necesidad de reforma. Desde Casavo creemos que este nuevo contexto permitirá impulsar la rehabilitación de su parque inmobiliario, ayudando además a la regularización de la demanda y la oferta”, explica Francisco Sierra, Director General de Casavo para España y Portugal.
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