Se puede decir que el gran pistoletazo de salida de esta afición, en ocasiones profesión, comenzó con Star Wars, ya que con su primera película revolucionó por completo el mundo del cine pero otro tanto hizo con el de los juguetes. En un órgado nunca visto antes, George Lucas renunció a su sueldo como director a cambio de conservar los derechos sobre el merchandising (y llevarse una gran parte de los beneficios de taquilla), una maniobra arriesgada pero que le resultó realmente rentable en vista del tremendo éxito que tuvo su creación.
Irónicamente en el año de su estreno las figuras no llegaron a tiempo a las tiendas para Navidad, motivo por el que la juguetera Kenner comercializó una caja sin ellas llamada Early Bird Certificate Package (podría traducirse como “paquete certificado de preventa”) y el compromiso de hacer llegar los muñecos a casa. Arrasaron, no se puede decir de otra forma. Y hoy en día una de estas cajas puede llegar a valer cuatro cifras (en eBay puede verse por más de US$ 5.000, siempre que esté sin dañar), algo nada desdeñable si uno se para a pensar que en realidad era poco más que un trozo de cartón con una promesa.
En su primer año se vendieron 40 millones de muñecos, un éxito que sorprendió a todos. Algunos de los modelos se han revalorizado con el paso de las décadas, por ejemplo un Luke Skywalker en buen estado puede costar US$ 300, o más en el caso de conservar su blister original (mucho más si es de los que se comercializaron con sable telescópico. Recientemente se ha vendido uno en eBay que superó los US$ 16 000). Si esto parece poco, se han llegado a pagar más de US$ 125.000 por un prototipo de Boba Fett, figura que se presentó en 1979 con un misil lanzable, modificada antes de su comercialización por temas de seguridad, convirtiéndose de esta forma en el Santo Grial del coleccionismo por derecho propio.
La otra gran franquicia en este sector serían los Masters del Universo, creados por Mattel como respuesta directa al éxito de Star Wars. Estos musculosos guerreros fueron uno de los mayores éxitos de la década de 1980, ya en su primer año, con una tanda inicial de ocho personajes (y varios vehículos y escenarios) cosechó más de US$ 38 millones. Esta línea de juguetes consiguió además su propia, y muy popular, serie de dibujos animados, cómics y una película de acción real protagonizada por Dolph Lundgren.
Si bien ha tenido diferentes revisiones, la más querida y demandada es la colección original, de la que un He-Man en buen estado y con todos sus accesorios puede oscilar entre los € 100 y € 300, o su gran enemigo Skeletor que ronda precios similares. En cambio si nos adentramos más, podemos encontrar que el llamado Skeletor ojos de fuego (Laser Light, en inglés) supera esas cifras, y en el caso de estar todavía dentro de su embalaje original puede acercarse a los US$ 1.000 (o más, ya que solo se comercializó en Europa y por lo tanto en Estados Unidos es todavía más inencontrable).
Otro ejemplo, para salir de estas dos importantes franquicias, podría ser la figura Scratch The Cat de las Tortugas Ninja de Playmates que en perfecto estado y en su blister original puede llegar a encontrarse por US$ 5.000 (su producción fue muy limitada, y la oferta es muy escasa); de esta misma empresa sería The Blank de la película Dick Tracy que ronda los US$ 1.000 (en su época solo se comercializó en Canadá). Por citar también al mundo de los superhéroes, que siempre ha estado vinculado al de las figuras de acción, puede mentarse el Batman elástico de la casa Mego (por lo que se sabe solo quedan dos) por US$ 15 000, o El Capitán Rayo de la colombiana Gulliver que puede alcanzar los US$ 8.000.
Tal interés por el mercado de las figuras de acción, y los muñecos vintage, ha tenido su repercusión en la multiplicación de estos contenidos en las principales plataformas de compra-venta (es decir, eBay y Amazon, además de Todocolección) con listados que no dejan de crecer y crecer. Además de verse un reflejo en las tiendas físicas, tanto las que añaden a su catálogos estos materiales, como las que se dedican exclusivamente a ello.
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De igual forma, esto ha llevado a un incremento de las publicaciones sobre juguetes, muñecas y figuras de acción, como los libros El arte de He-Man y los Masters del Universo, de Tim y Steve Seeley, Barbie: The Icon, de Massimiliano Capella, o De Spider-Man a G.I. Joe: La acción hecha figura, de quien firma este mismo artículo. Este auge del coleccionismo, nostálgico o no, ha posibilitado la realización de la serie documental The Toys That Made de Netflix, de la que ya se han emitido tres temporadas (con una cuarta muy esperada y reclamada por parte de sus seguidores).
Tortugas Ninja, Pitufos, Doctor Who, Batman, Star Trek, Los Simpson… todo se colecciona, todo se vende y todo se compra en un mercado que cada vez es más relevante.
(Antes de cerrar este artículo, hay que comentar que los precios indicados son solo una referencia. Las cifras pueden variar mucho, oscilan con el paso del tiempo, hacia arriba y hacia abajo, en dependencia de la oferta y la demanda, pero también del estado, la procedencia y las características individuales de cada producto).
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