Tecnología, know how y capital. Esos son los ingredientes que necesita un ibuyer inmobiliario, aunque cada uno los dosifica a su manera.
Nacida en Italia y con operaciones en Madrid y recientemente también Barcelona, Casavo tiene fondos para comprar propiedades entre € 100.000 y € 1.000.000 pagarlas a los 7 días, reformarlas en 6 a 8 semanas y volverlas a vender.
En su caso, la tecnología les ayuda para ofrecer una primera cotización online a la que luego le sigue una visita virtual; aceptada la propuesta solo invierten en una visita al inmueble (tasador y el arquitecto) para cerrar la operación.
El vendedor del inmueble -explica Francisco Sierra, director general de Casavo en España- cierra la operación muy rápidamente “a precios de mercado”, ahorrando tiempo y el desgaste de numerosas visitas a la propiedad.
El volumen de operaciones y el know how en las reformas es un punto clave para esta empresa: “ahí está buena parte de nuestro diferencial -explica-; hacemos las obras con personal muy especializado y el mismo trabajo que a un particular le puede llevar 6 meses, nosotros lo resolvemos entre 6 y 8 semanas. Además, a un costo sensiblemente menor, por nuestra estandarización de procesos y volumen de operaciones”.
Así, el comprador puede ingresar a un piso sin necesidad de perder tiempo ni invertir más dinero en ponerlo “0 kilómetro”.
Sierra es madrileño, pero vivió 5 años en Barcelona y conoce las particularidades del mercado inmobiliario local, sin nuevas tierras para desarrollo y con necesidad de reformar y volver a poner propiedades que sean también más eficientes ambientalmente. Desde la apertura en septiembre ya llevan compradas más de 30 viviendas y el equipo inicial de 8 personas en Barcelona se ampliará a 25 a lo largo del 2022.
Con capital total recibido de inversores por más de € 450 millones, Casavo tiene un plan de crecimiento muy ambicioso para el año: abrirá oficinas en otras ciudades de España y -probablemente- en otro mercado europeo.
El modelo de negocios de Casavo se enfoca en comprar a particulares: no compran edificios enteros ni lotes de propiedades de bancos y venden también a particulares; además de las captaciones que consiguen con sus herramientas de marketing digital y tradicional, la empresa trabaja también con agentes inmobiliarios tanto en el proceso de compra como de venta de inmuebles.
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