La compañía catalana Advanced Air Mobility (AAM), especializada en el sector de la movilidad aérea urbana personal, ha creado un prototipo de taxi aéreo eléctrico bajo demanda para ahorrar tiempo en los desplazamientos urbanos e interurbanos. La empresa, que hace seis años que desarrolla la idea, considera que el aerotaxi podrá llegar a una velocidad máxima de 300 km/h y que, así, cada persona reducirá una cuarta parte de sus viajes diarios, urbanos e interurbanos, hecho que supondrá un ahorro de entre 200 y 300 horas el año.
En este sentido, según el CEO de la empresa, Aitor Martín, la propuesta del taxi volador eléctrico “es disruptiva porque cambia radicalmente la movilidad urbana y porque pretende cambiar el concepto de ciudad que conocemos hoy en día”. Asimismo, Martín explica que su proyecto “entra en la dimensión del espacio aire, donde no hay tráfico ni obstáculos, de forma que iremos en línea recta y a altas velocidades para optimizar el tiempo de desplazamiento”.
La compañía tiene previsto que el importe del vehículo ronde los € 200.000 y que el precio del viaje sea similar al del taxi convencional, estableciendo las tarifas con relación en los minutos de vuelo en lugar de los kilómetros. El responsable de AAM explica que “queremos democratizar el acceso al aerotaxi y que todo el mundo lo pueda coger. Si alguien quiere ir al teatro de una ciudad y vive en tres horas en coche, que pueda contar con este servicio”.
El taxi volador, que está diseñado para que sea 100% eléctrico, consta de una tecnología de alas fijas similar a la de los aviones STOL (short take-off and lansing, por sus siglas en inglés) que permite reducir las distancias de despegue y aterrizaje a menos de 50 metros. Así, podrá utilizar las pistas de los helipuertos, y facilitará que posteriormente los usuarios se desplacen mediante vehículos propios del sistema de micromovilidad, como patinetes eléctricos o bicicletas, o cualquier otro medio de transporte, para llegar a su punto final de destino .
La cabina del vehículo permite el desplazamiento de dos personas sin la presencia de piloto, puesto que es autónomo. “Tenemos una eficiencia entre 5 y 10 veces mayor a nuestros competidores y unos costes 10 veces inferiores”, destaca Martín.
El proyecto actualmente se encuentra en una segunda fase, de un total de tres, en la cual se está desarrollando un prototipo a escala real. El siguiente y último paso consistirá en conseguir la certificación por parte de las administraciones europea y americana, con el objetivo de validar el vehículo para que se pueda introducir al mercado. La startup calcula que en 2025 ya se podrá comercializar, con la prioridad de empezar el negocio en los Estados Unidos. AAM, con sede en Barcelona y una plantilla de 7 trabajadores, acaba de iniciar una ronda de financiación de € 1 millón.
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