De acuerdo con el informe, las desigualdades de renta se redujeron durante los años del 'boom' inmobiliario, pero han aumentado desde el estallido de la crisis financiera de 2008, debido fundamentalmente al aumento del desempleo y al recorte en salarios y al crecimiento de las rentas financieras entre los grupos de renta más altos.
Además, el estudio señala que la excesiva exposición a la vivienda perpetúa un modelo productivo basado en el ladrillo y acrecienta los riesgos sistémicos, dada la escasa diversificación patrimonial, lo que lleva a concentrar los beneficios empresariales entre los más ricos. "Se necesitan políticas de educación financiera, incentivos a la diversificación patrimonial y la participación accionarial de los trabajadores en sus empresas", instan desde EsadeEcPol.
Para los autores del estudio, es necesario mejorar las políticas educativas para cerrar las brechas educativas, así como avanzar hacia la reducción del elevado desempleo y de la temporalidad para mejorar los ingresos de las rentas medias y bajas.
"Estos cambios deberían estar acompañados por el impulso de un nuevo modelo productivo que genere nuevos empleos y mayor valor añadido con ayuda de las nuevas tecnologías en sectores en los que el país tiene una ventaja comparativa", se insta en el estudio.
De su lado, el informe remarca que los patrones de desigualdad no varían sustancialmente a través de la acción redistributiva del Estado y alerta de que la progresividad del sistema fiscal ha caído desde la crisis financiera de 2008.
Según indican los expertos, la recaudación por impuestos aumentó durante la década de los ochenta (del 15% al 26% de la renta nacional), manteniéndose relativamente constante desde entonces.
No obstante, la composición de la recaudación por tipo de impuesto ha experimentado importantes variaciones. En este sentido, el Impuesto de Sociedades ganó importancia respecto al IRPF durante el boom inmobiliario, pero con la llegada de la crisis financiera su peso cayó de forma notable.
De acuerdo con el informe, el sistema de impuestos y trasferencias, así como el consumo público en sanidad y educación permiten reducir parte de las desigualdades de ingresos.
Por todo ello, en materia fiscal, los expertos ven "clave" aumentar el carácter redistributivo del sistema. La medida más urgente radica en la reforma del Impuesto sobre Sociedades para que se recuperen los niveles efectivos de presión fiscal anteriores a 2008.
Asimismo, consideran que se debe buscar una armonización de la fiscalidad patrimonial, en particular de los impuestos recurrentes sobre la propiedad (IBI e Impuesto sobre el Patrimonio) con vistas a incrementar su carácter progresivo.
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