De hielo, de crema, en copa, cono, de fabada, chocolate o hasta en batido… son variadas y casi infinitas las opciones que existen para consumir el helado y, sobre todo y más aún ahora, en cualquier momento del año, como pretenden todas las asociaciones del sector. A la desestacionalización se ha unido el propósito de hacer resurgir al sector heladero en España, que en cierta medida se ha visto afectado por la COVID-19.
En este sentido, por ejemplo, Grupo Alacant cerró una facturación en 2020 de € 96,95 millones, cifra levemente inferior a la del ejercicio anterior que rondaba los € 100 millones. Este moderado descenso en la facturación está directamente relacionado con el cierre de la hostelería durante varios meses del año 2020, derivada de la crisis del COVID-19.
En concreto, y según recoge una nota de prensa del grupo heladero, Grupo Alacant distribuye sus productos a través de decenas de heladerías repartidas por toda España. Precisamente estos heladeros son los que más profundamente han sufrido la crisis por el cierre de sus negocios durante dos meses y las distintas limitaciones de horarios y aforos que se han dado en cada comunidad autónoma.
En esta línea, el director general de la compañía, Joaquín Lancis, pone de relevancia como “la pandemia mundial por COVID-19 ha tenido efecto en los resultados del grupo, ha supuesto un esfuerzo por parte de todo el equipo y nos ha obligado a adecuar la producción a cada escenario que se abría, en función de las comunidades autónomas y de las diferentes regulaciones de horarios, capacidad de los establecimientos y aforos”.
Lancis reconoce, no obstante, “que los resultados son positivos ya que nos permiten seguir afrontando nuestro nivel de inversiones previsto y seguir aumentando nuestra capacidad y mejorar nuestros procesos para ser competitivos. Además, no solo hemos incrementado el volumen de la inversión, sino que también hemos aumentado el equipo humano”.
Por su parte, la Asociación Nacional de Heladeros Artesanos (ANHCEA) también se muestra optimista con las cifra de este año, sobre todo, teniendo en cuenta que el año pasado finalmente la caída no fue tan grande como se esperaba, aunque así y todo se redujo entre un 35 y un 40 por ciento respecto a 2019. En este sentido, Marco Miquel, presidente de la asociación heladera, añade: “Tenemos unas perspectivas bastante buenas, la gente está ilusionada, está saliendo más que el año pasado”.
A través del teléfono Marco Miquel transmite esa esperanza que también se ve en la calle de que vuelva –en cierta medida- la “vieja normalidad”, aunque con ese toque de realismo (o prudencia) tan de estos días, donde lo inesperado de golpe se hace realidad. “Todo depende que no haya un retroceso en las medias que se vayan aplicando y que la cosa continúe con esta tendencia positiva”.
Antes de colgar, el máximo responsable de ANHCEA me emplaza a que hablemos una vez terminada la temporada para corroborar que los datos que me facilita sean ciertos. “Por poco que vendamos ya será más que el año pasado. Esperamos como mínimo una subida en las ventas, comparadas con el año anterior, del 5%”. Y se despide: “Ojalá y nos equivoquemos a la baja, ya te lo contaré en septiembre, que todo lo que sea vender más helados es bueno”.
En esta línea también se encuentra el director general de Grupo Alacant que espera que la campaña del verano del año 2021 “sea el momento de la recuperación. Esperamos que, con el avance de la vacuna en la población, la ampliación de horarios, aforos y espacios permita a nuestros clientes volver a la normalidad y al consumo habitual de helados”.
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