Tres razones para leer este libro
- Es un viaje al corazón de la idiosincrasia francesa, de su particular carácter que genera tanta admiración como antipatía. El autor cuestiona los tópicos y estereotipos, mostrando la profunda huella de la civilización francesa en nuestra forma de vivir, sin eludir la crítica y aderezándolo todo con un estilo lleno de sutil humor y simpatía.
- El autor explica las claves de los grandes conflictos que están redefiniendo el mapa político y social francés, desde la integración de la inmigración hasta las revueltas de las banlieues o la rebelión de los «chalecos amarillos».
- París es uno de los grandes protagonistas del libro, explicándonos por qué es tan admirada en el conjunto del mundo y cuál es su realidad en 2024, a las puertas de los Juegos Olímpicos.
Algunas frases destacadas
«Francia es una potencia económica, política y militar muy superior a España. Pero no es solo su poderío lo que admiramos. Tampoco únicamente su elevado nivel cultural o científico. Es también el propio carácter francés el que nos fascina».
«El seísmo del 9-J y sus réplicas han empezado ya a tener efectos devastadores en el mapa político francés, que puede acabar siendo totalmente irreconocible».
Con Francia copando el interés de toda Europa por su crisis política e incertidumbre electoral, el próximo 8 de julio llega a las librerías Por qué amamos a los franceses (a pesar de todo), un libro que radiografía la idiosincrasia actual del país y de sus habitantes desde el punto de vista de un corresponsal español, Lluís Uría, que lo ha conocido en profundidad. Uría se esfuerza por explorar el carácter de los franceses, para ver hasta qué punto responden a la realidad todos aquellos estereotipos que han dado forma a la imagen que de ellos tenemos en España, siempre a caballo entre el amor y el odio, algo que podemos ver en nuestra historia desde el movimiento de los «afrancesados» hasta la estigmatización de los «gabachos». Así que uno de los grandes objetivos del libro es intentar entender «¿por qué caen tan mal?».
«La fuerza de los tópicos es difícil de combatir, probablemente porque tras los clichés nacionales acostumbra a haber un sustrato de verdad sobre el espíritu colectivo de un país», sostiene en la introducción el autor. A lo largo de los cinco capítulos del libro, Uría intenta ir más allá de esos tópicos y describir «una manera de ser y de vivir» (título del primer capítulo) que «nos despierta una irresistible fascinación».
En este viaje al corazón de la idiosincrasia francesa, el autor transita desde el París del lujo que se prepara para los próximos Juegos Olímpicos hasta las peligrosas banlieues, o la olvidada Francia rural. En todos esos lugares va ofreciéndonos «trazos impresionistas», según su propia definición, que dan cuenta de cómo son los franceses del siglo XXI. Asoman así los grandes temas que definen la Francia actual, como «las identidades» (tercer capítulo), en el que aborda la espinosa cuestión de la integración de los extranjeros en un país en el que «el fenómeno de la inmigración es antiguo», como nos recuerda en una de sus crónicas en la que se remonta a los conflictos con inmigrantes que se daban ya en el siglo XIX. El autor pone el foco en los migrantes magrebíes, pero también en los españoles o en la difícil relación con la comunidad judía, fenómeno que se ha repetido en diversos momentos de su historia.
Las interioridades del singular sistema político francés, «la monarquía republicana» como agudamente lo califica, le llevan a analizar en profundidad las últimas tendencias políticas, en particular el fortísimo repunte de la ultraderecha, que explica a la luz de los últimos resultados electorales, incluidos los de las recientes europeas. También analiza en profundidad el «reinado» de Emmanuel Macron quien, sostiene, ha ignorado «el nivel de anticuerpos que su figura genera en la sociedad francesa».
Otro capítulo esencial para entender la Francia actual es el que dedica a las «memorias» de la Segunda Guerra Mundial. A través de viajes a Normandía y más lugares de la geografía francesa en los que entrevistó a supervivientes de la contienda, nos descubre un punto de vista que la visión predominante a través del cine no nos ha transmitido. Hablamos del profundo sufrimiento causado en la población no ya sólo por la ocupación nazi, sino también por la crudeza de la ofensiva aliada en Normandía, así como por la intransigencia de los propios franceses hacia hombres, y sobre todo mujeres, acusados de colaboracionismo.
Por supuesto, no podía faltar un capítulo dedicado a París, que nos describe realidades poco conocidas de la geografía parisina, desde las «playas» de París hasta el porqué de la popularidad de Notre-Dame. Destaca en este capítulo, el artículo dedicado a los próximos Juegos Olímpicos, en el que nos descubre la complicada relación que París y Francia en general han tenido con Pierre de Coubertin, fundador del movimiento olímpico y una de sus figuras más reconocidas en el extranjero.
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