Baena, situada al sudeste de la provincia de Andalucía, entre la Campiña y la Subbética, ubicada en un cerro, se extiende a través de sus laderas hasta la Plaza de España, formando un entramado de calles estrechas y empedradas con casas tradicionales. Su casco antiguo, en la parte alta de la ciudad, corona esta cuna de civilizaciones.
Baena es un rincón milenario de la comarca cordobesa de la Campiña, cuya historia es narrada a través de la influencia de las diferentes civilizaciones: Iberos, Romanos, Visigodos y Musulmanes, que pasaron por esta tierra y dejaron una huella imborrable. Esta localidad es rica en Patrimonio, puesto que cuenta con numerosos yacimientos y piezas arqueológicas que atestiguan etapas de esplendor reflejadas en el Castillo de Baena, la Iglesia de Santa María la Mayor o el emblemático yacimiento de Torreparedones.
Por otro lado, este destino es un verdadero paraíso en el que descubrir su gran riqueza natural. Baena posee un gran valor ecológico, ideal para quienes buscan desconectar del exterior conectando con su interior y pasear por amplios senderos. Su rico entorno está pintado por ancestrales olivares de color verde, que se extienden hasta donde la vista alcanza. Es, por tanto, una huella innegable de la cultura prerromana, romana y árabe que ha llegado hasta nuestros días, con el cultivo y elaboración de aceite de oliva. Esta tradición sigue ejecutándose con especial cuidado, desde el laboreo previo del olivar hasta la recogida de la aceituna y posterior extracción del aceite en las almazaras. La excelente calidad de este producto está amparada por la Denominación de Origen Protegida (D.O.P.) con el mismo nombre de la ciudad. Sus aceites han sido reconocidos y premiados tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.
Pero, si por algo se caracteriza esta localidad, si hay algo que de verdad es motivo de orgullo, y que desde el primer hasta el último vecino de Baena clama a los cuatro vientos, es por su Semana Santa. Esta fiesta reúne en sus calles a locales y visitantes para disfrutar de la belleza, la emotividad y el toque de tambor, considerado Patrimonio Inmaterial por la UNESCO, acompañado por ‘coliblancos’ y ‘colinegros’. Semanas Santas hay muchas y bellas, pero hay algo distinto en Baena. Más que una certeza, es una sensación. Un sentimiento que cuesta plasmarlo en palabras, porque si no se vive, si no se siente en primera persona, si no se respira el incienso por las calles en día de procesión; el abrumador silencio devocional y el despliegue de colores y texturas; las miradas de emoción y orgullo de sus gentes, disfrutando y ofreciendo al mundo su fiesta grande, da igual cómo te lo cuenten. No sabrás lo que es la Semana Santa de Baena si no la has vivido en primera persona.
Baena es un destino para quienes buscan la autenticidad, la calidez de la gente, y la paz que solo los pueblos andaluces pueden ofrecer. Un lugar donde cada visitante es recibido con los brazos abiertos, donde cada calle tiene una historia que contar y donde cada bocado es un homenaje.
Con todos estos ingredientes, Baena se presenta como el destino perfecto para quienes desean perderse en la verdadera esencia de Andalucía. Un destino aún por descubrir, y que promete dejar una huella imborrable en el corazón de quien lo visita.
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