Tras las vacaciones más caras que se recuerdan, con el incremento de precios en restauración, vuelos y alojamientos —la estadística de Coyuntura Turística Hotelera del INE señala que el precio medio diario de una habitación de hotel en julio alcanzó los 121,4 euros, lo que representa un 17,5% más que el año anterior—, la vuelta a la rutina no empieza mucho mejor.
Al encarecimiento de la electricidad, el gas y los combustibles (el coste del gasóleo y la gasolina ha rondado máximos históricos para un mes de agosto en España, según el Boletín Petrolero de la Unión Europea), se suma el de la inflación: el indicador adelantado del IPC de agosto lo sitúa en 10,4%, una cifra considerable pese a que disminuye respecto a julio, sobre todo si tenemos en cuenta que la inflación subyacente sí ha seguido subiendo y pasa del 6,1% al 6,4%, según el INE.
Si, además, tenemos en cuenta que pese a la subida del IPC solo el 38 % de los trabajadores ha tenido una subida salarial y la mayoría considera que, aun así, han perdido poder adquisitivo, como ya se señaló en el reciente Informe sobre Salarios y Poder adquisitivo elaborado por InfoJobs, todo hace presagiar que la cuesta de septiembre será complicada.
El impacto en el hogar
La preocupación por esta situación se ve confirmada en el II Informe de InfoJobs sobre Actualidad e Impacto Laboral, Profesional y Personal, en el que se refleja que 8 de cada 10 trabajadores españoles consideran que tanto la subida del IPC como la crisis del sector energético que afecta a la electricidad, el gas y el combustible son los aspectos que tendrán más impacto en sus hogares y en el mercado laboral nacional.
Concretamente, casi el 83% de la población activa piensa que la inflación o el aumento generalizado de precios de productos y servicios influirá en el mercado laboral en España, mientras que el 79,3% cree que se reflejará en su hogar y casi el 56% que lo hará en su situación profesional.
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