Si te lo estás planteando, contar con el apoyo de un partner tecnológico como Exact puede marcar una gran diferencia en este proceso. Su experiencia en soluciones empresariales adaptadas a distintos sectores y su enfoque práctico ayudan a que la transición sea más sencilla y que los beneficios se empiecen a notar desde el primer momento.
En este artículo, te contamos los pasos que recomendamos seguir para que la implantación de un programa ERP, tanto en una empresa local como internacional, se desarrolle de forma sólida y sin contratiempos.
Definir objetivos y compartir expectativas
El primer paso es tener muy claro qué esperamos lograr con el nuevo sistema. Puede que busquemos una gestión financiera más ordenada, una mejor trazabilidad de los procesos, o reducir errores en tareas repetitivas. Lo importante es concretar esos objetivos desde el inicio para enfocar bien el proyecto.
También conviene que las distintas áreas implicadas participen desde el principio: finanzas, operaciones, recursos humanos, tecnología... Así se alinean los intereses, se detectan posibles puntos de fricción y se construye una visión común. Esto permite tomar decisiones más acertadas y definir un camino compartido.
Elegir al partner adecuado
Contar con un buen socio tecnológico es clave. No solo por los conocimientos técnicos, sino por la capacidad de acompañar a la empresa en todo el proceso de transformación. Necesitamos un equipo que entienda nuestra actividad, sepa adaptarse a nuestros tiempos y tenga experiencia en proyectos de este tipo a escala internacional.
Exact destaca precisamente por eso. Ofrece un programa ERP robusto, versátil y adaptado a los retos de empresas medianas y grandes, y además acompaña en cada etapa de la implantación.
Analizar procesos y preparar los datos
Antes de poner en marcha el nuevo ERP, es necesario revisar cómo estamos trabajando ahora. Hacer un mapa de los procesos principales nos ayuda a identificar tareas que se pueden simplificar, automatizar o incluso eliminar. Este análisis aporta claridad y evita trasladar ineficiencias al nuevo sistema.
También es fundamental preparar bien los datos que se van a migrar. Para ello hay que revisarlos, ordenarlos y asegurarse de que estén completos y actualizados. Cuanto mejor se haga este paso, menos problemas surgirán cuando el sistema entre en funcionamiento.
Preparar al equipo y acompañar el cambio
Como en casi cualquier área, la tecnología por sí sola no garantiza resultados. El éxito de la implantación depende en gran parte de las personas que van a usar el sistema cada día. Por eso, es esencial que los equipos reciban formación práctica, que entiendan cómo usar el ERP y que puedan resolver dudas a medida que aparecen.
También ayuda mucho explicar por qué se ha tomado esta decisión, qué beneficios se esperan y cómo va a impactar en el trabajo de cada equipo. Cuando las personas entienden el sentido del cambio, se implican más y lo incorporan con mayor naturalidad.
Medir, ajustar y seguir mejorando
Una vez implantado el ERP, el trabajo no termina. A partir de ahí, empieza una etapa clave: observar cómo responde el sistema, medir resultados y ajustar lo que sea necesario. Así se pueden detectar mejoras, corregir desviaciones y afinar los procesos poco a poco.
Es muy útil definir indicadores desde el principio para poder evaluar si se están cumpliendo los objetivos planteados. Con esos datos sobre la mesa, se pueden tomar decisiones más rápidas y fundamentadas, y también identificar nuevas oportunidades para seguir optimizando.
En cualquier caso, planificar bien cada paso y contar con el partner adecuado marcará la diferencia entre una simple instalación y una verdadera transformación empresarial.
Tu opinión enriquece este artículo: