En Barcelona hay 10.521 licencias de taxi activas, una cifra que no sorprende para nada teniendo en cuenta el volumen de usuarios que se mueven cada día con este medio de transporte por la ciudad. Este sector crece continuamente y esto también los lleva a buscar maneras de ofrecer un mejor servicio, adaptarse y, sobre todo, modernizarse. En 2018 vimos aparecer por la ciudad de Barcelona el primer taxi Tesla, una de las pocas opciones eléctricas de la época y toda una sorpresa tanto para usuarios como para taxistas. Actualmente, un 0,4% de los taxis que circulan por la capital catalana son eléctricos (42 vehículos) y un 36,10% son híbridos.
Para conocer como los vehículos eléctricos se han hecho un lugar en la ciudad de Barcelona hablamos con Luís Pérez, de Taxi Tesla Barcelona, un grupo de taxistas que se unieron con un eje en común: ser poseedores de una licencia de taxi y de un vehículo eléctrico Tesla.
Todos ellos trabajan con un modelo de coche en concreto, el Tesla Modelo S. A raíz de irse encontrando y conociéndose entre ellos, vieron que no solo compartían el mismo tipo de automóvil, sino que también la forma de trabajar. El hecho de tener en su posesión un vehículo tan exclusivo ha hecho que ellos quieran prestar un servicio de más alta categoría y apuestan por una vestimenta formal, un trato personalizado hacia el cliente y un cuidado meticuloso del vehículo y de la limpieza de su interior. El principal motivo por el que se unieron fue para colaborar con servicios concertados y poder cubrir una mayor demanda.
Viendo el interés de muchos usuarios y la satisfacción de más del 90% de sus clientes, decidieron darse a conocer a través de su página web y de redes sociales. Luís Pérez nos explica que, en su momento, los vehículos eléctricos disponibles en el mercado no disponían de la autonomía suficiente como para abarcar una jornada laboral completa. Fue el momento en que se propuso homologar el Tesla Model S, un vehículo costoso, pero con la suficiente autonomía eléctrica como para cubrir la jornada entera. A pesar del precio elevado de entrada (€ 88.000) y de tener que hacer una importante inversión inicial, los costes de mantenimiento y consumo posteriores son muy bajos lo que hace que la idea de incorporar este vehículo a la flota barcelonesa no sea una idea tan descabellada.
El confort que ofrece es muy agradable para los clientes y hace que puedan prestar un servicio de mayor calidad. Un 90% de los usuarios que suben al taxi se interesan por él y por sus funcionalidades, ya que sorprende mucho un coche tan elegante, confortable y no están habituados a un coche tan moderno y esto les genera mucha curiosidad.
Por si estáis ansiosos de probar este servicio, la carrera cuesta lo mismo que el resto de taxis de la ciudad y tienen la misma cobertura, pero tienen una carrera mínima de € 20. La mayoría de clientes los usan en trayectos medio largos y mayoritariamente hacia el aeropuerto. ¿Os animaríais a vivir esta experiencia?
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