Ayer, Enric Asunción, CEO de Wallbox, y Pere Navarro, delegado especial del Estado en el Consorci de la Zona Franca de Barcelona (CZFB), firmaron el contrato de arrendamiento con una duración de 10 años.
Con este paso la compañía líder en gestión de energía reafirma su objetivo de liderar la modernización de la industria y la transición hacia una nueva economía más sostenible en España.
“La nueva fábrica representa no solo un paso muy importante para el futuro de Wallbox, sino también para la industria de la automoción en España que, como en todo el mundo, camina hacia la electrificación. Hemos encontrado en la Zona Franca la infraestructura y el entorno necesarios para instalar una fábrica puntera que nos permitirá seguir afianzando nuestro liderazgo en el sector de la recarga eléctrica y manejo energético a nivel global”, señaló Enric Asunción, CEO de Wallbox.
La nueva fábrica ocupará una parcela de 16.800 m2, con una nave de 11.220 m2 que pasará en los próximos meses por obras de adaptación para adecuarse a las actividades de producción, validación y almacenaje que se llevarán a cabo desde ahí. La puesta en marcha de las líneas de producción está prevista para el cuarto trimestre de este año. El plan de expansión de Wallbox prevé superar el doble de la plantilla de empleados, llegando al final de 2021 con 800 empleados, de los cuales una cuarta parte estará implicada directa o indirectamente en el proceso productivo.
Actualmente, Wallbox cuenta con una fábrica en Sant Andreu de la Barca, la cual cubre sus necesidades productivas para abastecer los más de 60 mercados en los comercializa sus productos, y otra fábrica en China destinada a abastecer este mercado exclusivamente.
Con las nuevas instalaciones Wallbox espera duplicar su capacidad productiva y cubrir la demanda creciente de los diferentes mercados en los que tiene presencia.
Una fábrica 4.0
La fábrica será un referente en la industria al integrar sistemas de Fábrica 4.0, su uso de la energía, los sistemas LEAN de gestión de procesos que incorpora, así como por la implementación del concepto “Cradle to Cradle” en todas las obras de adaptación.
Una fábrica 4.0 llamada también “del futuro” o “inteligente” se caracteriza por la toma de decisiones descentralizadas y automatizadas, porque el tratamiento de los datos obtenidos durante el proceso de producción es exponencialmente rápido y permite su análisis en tiempo real, así como posibles ajustes, por los altos niveles de automatización y por estar interconectada a través del Internet of Things aplicado a la industria (IoT).
La planta contará con un sistema innovador de gestión energética, que a través de la regeneración de la misma permitirá la reutilización del 75% de la energía consumida en el proceso productivo, devolviéndole a la red energética interna. Además, se prevé la instalación de paneles solares fotovoltaicos con 300 kW de potencia que aportarán la capacidad de abastecer entre el 30% y el 60% de la producción con energía solar. Este planteamiento permitirá el ahorro diario equivalente al consumo energético de un edificio residencial con 80 viviendas. La previsión es que en un futuro la energía fotovoltaica se expanda y atienda hasta un 90% de la necesidad de energía para la producción.
El concepto “Cradle to Cradle”, que será aplicado de manera pionera en las obras de adecuación de la fábrica, busca eliminar la generación de residuos a través del diseño y de materiales ecoeficientes. El concepto ya ha sido aplicado por la empresa en las obras de actualización y reforma de su sede corporativa también ubicada en la Zona Franca, y son parte del compromiso de la empresa en buscar promover la sostenibilidad en todos los aspectos de su negocio.
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