🍻 Sin monopolio cervecero, pero con Estrella Damm marcando la cancha, el circuito de bebidas se movió a buen ritmo. Moritz también hizo su aparición, aunque con menos despliegue. El público, mayormente +30 y +50, invirtió con entusiasmo, incluso en un contexto europeo de inflación contenida pero con bolsillos cuidados.
🥩 En carnes, Delicatessen Argentina Carnes dio cátedra: identidad nacional y ejecución gourmet. Fernet Branca fue omnipresente, con activaciones sólidas y vasos en alto desde el atardecer. El stand de Brasas y Fuegos se consagró como referente absoluto del rubro gastronómico argentino en eventos: orden, sabor y branding. En la pantalla vimos 70/30 muy activo, no pudimos llegar a su Stand de comidas, pero ojala hayan llevado su mejor clásico. El lomito cordobés, que en los Encants no exhibieron, buena excusa para visitarlos por su local en el Barrio del Clot.
☕ Lo dulce tuvo su lugar: Sao Medialunas y Café, y los siempre fotogénicos productos de La Boluda de los Alfajores, hicieron las delicias visuales y gustativas.
🎁 El merchandising fue transversal: desde productos Vibra hasta guiños identitarios con la localía catalana. Camisetas, bolsas, gorras y pines. Consumo emocional y souvenir con sentido.
👥 En paralelo, el Consulado Argentino apostó a la diplomacia soft con un VIP sobrio pero activo. Intercambios culturales, gestiones, y un espacio que conectó comunidad y oportunidades.
📊 La investigación de mercado corrió por cuenta de InfoNegocios, con observación directa y encuestas in situ.
¿El resultado? Alta predisposición al gasto en experiencias, alimentos y bebida. Público que “rompió el chanchito”, o que quizás aún no pagó expensas de mayo.
👨👩👧👦 El perfil del asistente fue claro: argentinos residentes, catalanes fans, algunos italianos y muy pocos latinos. Las ediciones anteriores, con propuestas más bailables, convocaban más diversidad. Esta vez, el ADN rock e indie delimitó fronteras de público.
🎟️ Entrada, bebida, comida y merchandising redondearon un ticket promedio elevado, pero asumido con entusiasmo. Muchos lo vivieron como una salida completa, con planning previo. Otros, como una inversión emocional justificada.
📍 Los locales fijos del predio también aprovecharon la ola. Desde restaurantes hasta tiendas, todos registraron picos de facturación. Mención especial para La Quilmeña, que usó el evento como trampolín para su nuevo local en el Eixample.
💡 Con una programación que dejó preguntas abiertas sobre su futuro (¿volverá a mezclar cumbia, indie y rock?), el Vibra cerró con solvencia artística y un impacto económico nada menor.
El show fue bueno.
La logística, mejorable.
El movimiento de caja, vibrante.
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