El control de los equipos de fútbol ingleses por inversores extranjeros lleva extendiéndose desde hace tiempo en todas las ligas. Actualmente solo una cuarta parte de los equipos de la Premier están en manos de accionistas ingleses. Pero la presencia de estos Estados soberanos en los equipos tiene un efecto distorsionador muy diferente al resto de propietarios.
De círculo virtuoso a carrera de ratas
Cuanto mayor es el gasto en la plantilla de un equipo, mejores son sus resultados deportivos. Gracias a esos mejores resultados pueden lograr mayores ingresos lo que a su vez permite a los equipos volver a hacerse con los mejores jugadores. Esto lleva a los equipos a realizar desembolsos extraordinarios para mejorar su plantilla con el objetivo de entrar en ese círculo virtuoso.
La gestión de los equipos de fútbol se parece al póquer. Solo puede ganar uno, por lo que los participantes tienen que ir subiendo sus apuestas (gastar cada vez más en jugadores) para no quedar descolgados. Así se convierte en una carrera de ratas o castigo de Sísifo pues cada vez deben gastar más para mantener el mismo nivel competitivo, debido al mayor gasto de sus competidores.
Deudas e impagos
Esto llevaba a los equipos a endeudarse esperando que los éxitos deportivos les aportasen los ingresos para pagar sus facturas pendientes. Como era imposible que todos ganaran, las quiebras y los impagos se generalizaron en el fútbol. Esto afectaba a todos los equipos porque, primero, les obligaba a incrementar su gasto en jugadores para mantenerse al mismo nivel, y segundo, muchos de los impagos eran pagos pendientes por haber vendido jugadores a esos equipos que quebraban.
Para evitar que los equipos incurrieran en impagos por excesivo endeudamiento se estableció una serie de normas de control financiero. El problema con los nuevos clubes estado es que no tienen impagos, pero no porque no incurran en enormes gastos sino porque sus dueños son capaces de cubrir elevadas pérdidas. La capacidad financiera de los fondos soberanos de estos países excede a la de cualquier inversor privado.
Ingresos, beneficios y éxitos deportivos
En un reciente estudio tuvimos la oportunidad de comprobar que mientras más ingresos están relacionados con más éxitos deportivos, no ocurre lo mismo con los beneficios. Ni los éxitos deportivos traen consigo beneficios ni los beneficios traen consigo ganar campeonatos.
La gestión del Newcastle United se ha caracterizado por mantener un resultado positivo en los últimos ejercicios (menos en 2017). Por el contrario, el Manchester City ha incurrido en elevadas pérdidas en los últimos años. El ejercicio 2020 ha teñido de rojo las cuentas de los equipos europeos, pero el Manchester City incurrió en unas pérdidas cinco veces mayores que las del Newcastle United.
Una gestión financiera más saludable no le ha reportado ningún título al Newcastle United mientras que las pérdidas no han impedido al Manchester City ganar cinco ligas en la última década. ¿Cómo competir contra un Estado petrolero?
¿Por qué Inglaterra?
¿Por qué un fondo saudí compra un equipo en una ciudad de 300 000 habitantes del norte de Inglaterra? Las aportaciones de los nuevos propietarios vienen a incrementar los ingresos actuales. La Premier League cuenta con los mayores contratos de televisión y comerciales de todas las ligas europeas, que benefician a todos sus equipos, también el Newcastle United.
A la vez, la liga inglesa se beneficiará de la inversión saudí para reforzar la plantilla del Newcastle. Se incrementará la igualdad, y la incorporación de mejores jugadores aumentará el interés por la competición inglesa y eso se traducirá en poder captar contratos de televisión y patrocinios aún mayores.
Además, la Premier League, a diferencia de la liga española y sus controles, se ha mostrado flexible respecto a las aportaciones de los propietarios a sus equipos, como el caso del Manchester City. Esto facilitará el reforzamiento de la plantilla a cargo de los fondos del nuevo propietario.
Un peligro para el fútbol europeo
Actualmente cinco de los diez equipos europeos con mayores ingresos son ingleses. Los de la Premier League son un 65% mayores que la española, 200% más que la francesa y un 912% más que la holandesa.
Desde la perspectiva actual puede resultar sorprendente que en los años 80 la Copa de Europa (actual Champions League) la ganaran equipos rumanos, portugueses y holandeses. Nos hemos acostumbrado a que solo equipos de las cinco grandes ligas (Inglaterra, España, Alemania, Italia y Francia) puedan lograr éxitos internacionales.
Si continúa la concentración de talento en la liga inglesa, el resto de las grandes ligas puede acabar siguiendo los pasos de las ligas holandesa o portuguesa. El problema para el resto de las ligas nacionales entonces no sería una Superliga, sino que se incrementara tanto la brecha con la Premier que se convirtiera en una especie de NBA y dominara ella sola el fútbol europeo.
Luis Carlos Sánchez, Profesor de Economía, Universidad de Oviedo
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