Elecciones en Alemania: el adiós definitivo a la “grande dame” y otras (escasas) certezas

(Por José Manuel Sáenz Rotko, Universidad Pontificia ComillasPocas veces en la historia de la República Federal las elecciones al Bundestag entrañaban, a pocos días de su celebración, tantas incógnitas como en 2021.

Image description

Entre las escasas cuestiones seguras figura que Merkel dejará de dirigir el gobierno federal tras 16 años. Por otra parte, la cuestión de su sucesor está totalmente abierta, como lo está también la del partido que aglutinará más votos y la combinación de partidos que sustentará el próximo Gobierno de coalición.

Algunos de estos interrogantes desaparecerán la noche del domingo electoral; otras, en las semanas y meses posteriores hasta la toma de posesión del nuevo ejecutivo, que puede demorarse hasta Navidad o incluso hasta la entrada del nuevo año.

El ciclo electoral nos deja, frente a las incógnitas, también una serie de certezas destacables. Tres de ellas despuntan por asombrosas y porque rompen con patrones habituales del juego político alemán:

Merkel, impermeable al desgaste

Angela Merkel es un fenómeno político que ha resultado prácticamente impermeable al desgaste. Matizando, habría que decir que ha acuciado las consecuencias de decisiones políticas controvertidas solo puntualmente, pero no coyuntural o sistémicamente.

Tras cuatro mandatos y la gestión de múltiples crisis graves y complejas –la crisis financiera, la del euro, la de la deuda, la de Grecia, la de refugiados, la de covid-19…– goza de un prestigio en máximos históricos hasta el punto de liderar el ranking de popularidad del conjunto de los políticos alemanes.

La causa principal reside en su personalidad y carácter más que en sus decisiones políticas; en su manera de interpretar el interés nacional y de ejercer el poder. Con un enfoque realista, a veces posibilista, pero siempre basado en un sólido conjunto de principios y valores, se agotaba en labrar consensos políticos en torno a posiciones centristas que propiciaran a Alemania –y a Europa– estabilidad y perspectivas sostenibles de progreso.

Lo que como programa y método de gobierno agradaba a los alemanes estuvo acompasado en las formas por un estilo personal sereno a la vez que empático, muy ajustado al gusto del pueblo germano, que aborrece el teatrillo político, las voces alzadas o las salidas de tono. Y, a diferencia de algunos de sus predecesores, nadie en la República Federal –incluyendo a sus más admirables adversarios políticos– ha dudado jamás de la integridad moral de una persona percibida enteramente al servicio del interés común.

Resumiendo, Merkel era –y sigue siendo– una líder que los alemanes sienten digna de su confianza. La imagen de credibilidad y fiabilidad de la grande dame de la política alemana se proyecta asimismo más allá de su propio país. Una reciente encuesta del European Council of Foreign Relations la revela como persona predilecta de los europeos para ocupar un hipotético cargo de presidenta de la Unión Europea. No se recuerda en la historia política reciente de nuestro continente un caso análogo en el que el poder no desgasta al que lo tiene, sino al que no lo tiene.

Carteles para las elecciones a la cancillería alemana en las calles de Hessen. De izquierda a derecha, Annalena Baerbock (Verdes), Armin Laschet (CDU) y Olaf Scholz (SPD). Shutterstock / Igor Link

Los alemanes ya no votarán a su partido de siempre

La segunda certeza es que el elector germano está abandonando el voto por afinidad ideológica a un partido para votar a las personas. Se trata, por supuesto, de una tendencia también observable en otros países europeos. Sin embargo, estas elecciones al Bundestag revisten la particularidad, de gran alcance y graves consecuencias para el resultado electoral, de que la constelación de las cabezas de lista, en cierto sentido, ha “forzado” al electorado a romper con la inercia del voto casi automático a su partido de siempre.

La decisión a favor de Armin Laschet como candidato a la cancillería por parte de la CDU ha sido muy tardía. Si la víspera de su nominación el partido de centroderecha contaba con una intención de voto del 34 %, en los escasamente seis meses que han pasado ha llegado a perder prácticamente la mitad.

Como presidente del Gobierno de Renania del Norte-Westfalia, Laschet se había caracterizado por centrista, amable y buen gestor. Sin embargo, en la carrera a la presidencia del partido y a la nominación como cabeza de lista no fue capaz de disimular su ambición de poder, lo que inspira desconfianza al elector medio germano.

La gestión errática de la crisis de la covid-19 en su estado federado, con posicionamientos al son de los veredictos que las encuestas arrojaban en términos de respaldo de las medidas restrictivas por parte de la población, sumaban tanto al deterioro de su imagen como los penosos errores de comunicación e imagen durante las inundaciones que azotaron una parte de Alemania el pasado verano. A tres días de las elecciones, Laschet es el político peor valorado de Alemania, a años luz de la popularidad de su correligionaria Angela Merkel.

Gracias a esa mala imagen del candidato conservador, el socialdemócrata Olaf Scholz brilla más de lo que su personalidad tranquila –aburrida para muchos– hacía esperar. En cierta medida, el aspirante por el SPD consigue aunar en su persona –no tanto por mérito propio, sino por debilidad de sus contrincantes– los rasgos distintivos de la canciller saliente: eficaz gestor, sereno y poco emocional, pero dedicado en alma y cuerpo al interés común.

Si menos del 30 % del electorado considera que Laschet reúne las capacidades para ejercer de canciller, más de dos terceras partes confían en la aptitud de Scholz para el cargo. Scholz, vicecanciller con Merkel, se sitúa así como su heredero natural. Si la CDU quedase finalmente detrás del SPD (en estos momentos los sondeos la dan una desventaja de entre 3 y 5 puntos) no será porque los alemanes quieran castigar la gestión del Gobierno saliente, ni porque rechazasen el programa electoral conservador. La responsabilidad la tendrá el error histórico de proponer al candidato menos idóneo posible.

Una tercera realidad relevante que nos brindan las elecciones tiene un cariz preocupante con miras al futuro. Tradicionalmente, los gobiernos de la República Federal habían contado no solo con el respaldo de una mayoría parlamentaria, sino también con un amplio respaldo social.

Rechazo a cualquier gobierno de coalición

En septiembre de 2021, ninguna de las opciones de gobiernos tripartitos que resultan más probables suma más apoyo que rechazo entre el pueblo alemán. Dicho de otra manera, por el momento los alemanes rechazan mayoritariamente cualquier gobierno de coalición matemáticamente posible. La suma de las izquierdas (socialdemócratas, verdes y comunistas) estaría apoyada por el 27 % frente a un 56 % que lo repudia.

Las variantes Jamaica y semáforo –la conjunción de verdes y liberales, liderados bien por los democristianos o bien por el SPD– no pasan de una aprobación del 30 % y del 37 %, respectivamente, al tiempo que son rehusadas por el 52 % y el 39 % de los votantes. Una reedición de la gran coalición queda prácticamente excluida, pues es rechazada por una mayoría amplísima.

La construcción del próximo Gobierno alemán no solo requerirá capacidad de negociación entre los partidos para conformar una mayoría parlamentaria en torno a suficientes elementos programáticos en común que sustente un proyecto legislativo a la altura de los retos que afronta Alemania en los próximos cuatro años. El escenario de escepticismo popular en relación al futuro ejecutivo requiere afrontar seriamente la difícil pero imprescindible tarea de convocar al pueblo a renovar su confianza en el gobierno federal y de unir tras él a una mayoría importante.

La historia alemana del siglo XX ha dejado claro que la fortaleza del Gobierno alemán, y con ello su capacidad de gobernar el país y de jugar un papel activo y constructivo en el continente europeo, depende del apoyo que recibe en las urnas, pero también de la identificación del pueblo alemán con aquellos que lo lideran.

José Manuel Sáenz Rotko, Profesor Propio del Departamento de Relaciones Internacionales, Universidad Pontificia Comillas

This article is republished from The Conversation under a Creative Commons license. Read the original article.

The Conversation

Tu opinión enriquece este artículo:

Barcelona, ​​tercera ciudad del mundo en captación de proyectos de inversión extranjera en el ámbito de la inteligencia artificial

Barcelona es la tercera ciudad del mundo en captación de proyectos de inversión extranjera en el ámbito de la inteligencia artificial (IA). Es una de las conclusiones del estudio “Global Location Trends 2025”, que elabora la consultora IBM, mediante su unidad Plant Location International y en colaboración con Moody's, que analiza las decisiones de localización de proyectos empresariales de inversión en todo el mundo durante el año 2024. De acuerdo con el informe, Barcelona se sitúa sólo por detrás de global extranjera en el ámbito de la IA. Es, así, la primera ciudad de la Unión Europea en esta categoría.

Mango, reconocida como una de las Mejores Empresas del Mundo 2025 por la revista Time

Mango, una de las principales firmas de moda internacionales, ha sido reconocida por segundo año consecutivo como una de las mejores empresas del mundo según el ranking World's Best Companies 2025 de la revista Time, que este año llega a su tercera edición. La compañía destaca por ser una de las 17 empresas españolas en el listado y la única representante nacional en la categoría Apparel, Footwear & Sporting Goods.

El precio medio del alquiler sube un 22,1% en un año en Cataluña en agosto

En Cataluña el precio de la vivienda en alquiler sube un 0,9% en su variación mensual y un 22,1% en su variación interanual, situando su precio en 20,59 €/m2 al mes en agosto, según los datos del Índice Inmobiliario Fotocasa. Si calculamos este último incremento interanual (22,1%) en euros (3,73 euros) y lo multiplicamos por los 80 m2 de una vivienda estándar, vemos que se están ofertando pisos 298 euros más caros que hace un año.

Vidext levanta 6 millones en una Serie A liderada por Flashpoint para impulsar la automatización empresarial basada en IA

Vidext, la startup española que está redefiniendo la automatización de sus procesos empresariales usando inteligencia artificial, ha cerrado una ronde de financiación Serie A de 6 millones de euros liderada por Flashpoint, una empresa internacional de inversión tecnológica con unos 500 millones de dólares en activos bajo gestión que ha invertido en unas 90 empresas tecnológicas globales originarias de Europa: Shazam, Chess.com y Guesty. HWK, 4Founders Capital, Sabadell Venture Capital y DraperB1 también participaron en la ronda, formando un sindicato de inversores de primer nivel.

Mobility City impulsa el emprendimiento del sector en la semana europea de la movilidad

En el marco de la Semana Europea de la Movilidad 2025, que se celebra del 16 al 22 de septiembre,  Mobility City, refuerza su papel como motor de cambio en el ámbito de la movilidad sostenible. Para ello, impulsa tres programas clave orientados al emprendimiento: innovación abierta, que fomenta la colaboración entre empresas, instituciones y ciudadanía; aceleración de startups, que apoya a nuevos proyectos con soluciones disruptivas en transporte y movilidad, y transferencia tecnológica, destinada a llevar la investigación y el desarrollo a aplicaciones reales que transformen nuestras ciudades. Con estas iniciativas, Fundación Ibercaja reafirma su compromiso con un futuro donde la movilidad sea sostenible, accesible y eficiente.

La tecnología bajo demanda está en auge, pero el aumento vertiginoso de los costes, la complejidad y las deficiencias en la gobernanza están poniendo en peligro la rentabilidad

A medida que la transformación digital se acelera en todos los sectores, las organizaciones están adoptando tecnologías bajo demanda, como la nube pública, el Software como Servicio (SaaS) y la inteligencia artificial generativa (Gen AI), para ampliar la innovación, mejorar la agilidad y respaldar la competitividad. Pero, aunque las ventajas son evidentes, un nuevo estudio global del Instituto de Investigación de Capgemini publicado hoy, “La paradoja de la tecnología bajo demanda: equilibrar la velocidad y el gasto”, revela que el aumento de los costes, la complejidad y las deficiencias en la gobernanza están poniendo en peligro la rentabilidad. Con la creciente demanda de infraestructura digital, las organizaciones están luchando por contener los costes tecnológicos debido a la falta de visibilidad de los costes, la infrautilización de los recursos y una mentalidad tradicional.

Éste sitio web usa cookies, si permanece aquí acepta su uso. Puede leer más sobre el uso de cookies en nuestra política de cookies.