Las turbulencias económicas están impulsando a los consumidores a buscar un mayor control sobre sus opciones de pago. Las entidades emisoras de tarjetas que adopten una actitud tímida ante la innovación en los pagos podrían perder US$ 89.000 millones en ingresos en los próximos tres años, de acuerdo con la investigación.
“Si bien el efectivo sigue dominando por poco en las transacciones en punto de venta, las billeteras digitales, la transferencia de cuenta a cuenta (A2A) y el sistema "compre ahora, pague después" (BNPL), están ganando espacio rápidamente sumado a los existentes medios como la tarjeta de débito y crédito”, asegura Javier González Boix, Director Ejecutivo para Banking de Accenture Argentina. Asimismo, otros métodos están tomando impulso e irrumpen en la escena. “Aunque parezca lejano, no nos debe sorprender que los pagos biométricos o en el metaverso, la transferencia de máquina a máquina o en la Web3, lleguen antes de lo esperado y se conviertan en una metodología de pago activa”, agregó el ejecutivo.
El informe, basado en encuestas a más de 16.000 consumidores de Asia, Europa, América Latina y Norteamérica, detalla que 9% de los consumidores de los principales mercados utiliza actualmente los pagos de nueva generación, es decir la utilización de billeteras digitales, A2A y BNPL, como principal opción de pago. Asimismo, y con una proyección a futuro, esta cifra aumentará al 20% en 2025, fortaleciéndose la utilización de pagos mediante Cripto, tecnologías biométricas, sistema de máquina a máquina, y en el metaverso.
“Existe un entusiasmo de los consumidores por soluciones de pago sin fricciones y que ofrezcan flexibilidad, rapidez y facilidad de uso sin sacrificar la seguridad”, explica el ejecutivo de Accenture. No obstante, destaca que no hay que dejar de considerar las regulaciones que se van estableciendo y actualizando para el uso de las wallets. “Como toda tecnología que va cambiando, hoy el mundo de los pagos digitales no es el que era hace tan solo un par de años. Esto implica que nuevos parámetros y normativas se establezcan, y modifiquen el escenario de acción de las metodologías digitales, repercutiendo en mayor o menor medida, también, en la banca tradicional”, agrega González Boix.
El futuro de la banca
A pesar de que los clientes siguen confiando más en los servicios de la banca tradicional, especialmente por cuestiones de seguridad, identificación y localización física, la utilización y preferencia de los sistemas de pago digitales de nueva generación están ganando espacio. Esto se da con mayor rapidez a medida que los usuarios buscan resolver las necesidades que los bancos no pudieron cubrir o atender. Ante esta situación, las entidades bancarias y de pagos ya han avanzado con sus propuestas de valor de pagos digitales tanto a individuos como a comercios y, en muchas oportunidades, trabajan aliándose y complementándose con el mundo fintech.
“El reto al que se enfrentan los operadores de pagos tradicionales es claro: ofrecer a los consumidores la seguridad de pagar en cualquier lugar, en cualquier momento y de cualquier forma. En este sentido, la tendencia es apuntar a la colaboración entre players tradicionales y fintechs con el objetivo de brindar a los clientes mejores servicios de acuerdo a sus demandas”, cierra Javier González Boix de Accenture.
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