El ámbito de la impresión 3D aglutina a todas aquellas compañías que ofrecen una tecnología que permite crear objetos volumétricos a partir de modelos digitales. Son productos flexibles y que tienen capacidad para ser personalizados. Es un sector que genera valor añadido al ecosistema industrial, ya sea en cuanto a fabricación de piezas o en la agilización de los procesos de diseño y desarrollo de los productos.
Según el estudio, el segmento que concentra un mayor número de empresas en Cataluña es el de la fabricación de piezas (30,8% del total), seguido de las especializadas en servicios de ingeniería, consultoría y certificación (13,5%), de distribución (12,8%) y de desarrollo de materiales (10,9%).
El documento muestra que el mercado de la impresión 3D experimenta un crecimiento relevante, con un 34% de empresas que tienen menos de 10 años de vida, el 85% de las cuales son pymes. En cuanto a nivel de facturación, la mitad de las empresas ingresan más de un millón de euros anuales y el 30% generan un volumen de negocio superior a los 10 millones de euros cada año. Además, el informe detalla que el 46% de compañías exportan regularmente sus productos.
En el último quinquenio Cataluña ha sido la segunda región mundial en captación de inversión extranjera vinculada a la impresión 3D, con un volumen de inversión de 87,5 millones de euros que han supuesto la creación 423 nuevos puestos de trabajo. De hecho, el estudio señala que Barcelona es la primera ciudad de Europa en cuanto a presencia de proyectos de compañías internacionales.
Ecosistema de investigación y desarrollo
El informe muestra que Cataluña cuenta con una densa red de centros tecnológicos y de investigación enfocados a la mejora de la impresión 3D. Un ecosistema destinado a potenciar los proyectos de desarrollo. Destacan iniciativas como la agrupación XaRFA, una agrupación de 28 grupos de investigación que coordina el CIM UPC; el centro IAM3DHUB; el 3D Incubator: el Digital Innovation Hub de Cataluña (DIH4CAT); o el Think In 3D de Mataró, entre otros.
Además, hay unidades y centros que se dedican exclusivamente a desarrollar la tecnología 3D en el ámbito de la salud, como el 3D Printing del Hospital de Sant Joan de Déu, o el Instituto de Investigación e Innovación del Parc Bofarull de Sabadell.
Tendencias del sector: la salud y la Inteligencia Artificial, protagonistas
El informe apunta que la impresión 3D se aplica a diversos ámbitos de la economía, donde genera un alto valor añadido y aporta soluciones en varias direcciones. La primera de ellas es la sostenibilidad, ya que la fabricación de objetos mediante la impresión 3D se hace a partir de materiales que generan menos residuos e impacto ambiental, a menudo son reciclables y permiten alargar la vida útil del producto. Una tendencia que se adapta a las necesidades globales y a la agenda 2030 de Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) impulsada por las Naciones Unidas.
En esta línea, en el sector de la salud hay una clara tendencia al diseño, fabricación y utilización de la bioimpresión. Una técnica que permite recrear tejidos orgánicos similares a los del cuerpo humano, que cada vez tiene más presencia en el ámbito de la medicina regenerativa (implantes, prótesis) y ofrece múltiples soluciones médicas para afrontar enfermedades y lesiones de todo tipo. Además, el documento muestra un crecimiento de las empresas que fabrican modelos anatómicos que recrean cuerpos humanos para sesiones prequirúrgicas; otros que diseñan guías quirúrgicas para la correcta colocación del material en 3D en un cuerpo; o aquellas que trabajan con medicamentos personalizados para cada paciente.
Otra tendencia es la implantación de la inteligencia artificial, que permite innovar y potenciar la impresión 3D en el control de calidad de los productos, en la optimización de la producción tanto en la cadena de suministro como en la eficiencia del proceso de fabricación. Además, también ayuda en la creación y diseño para los usuarios sin conocimientos técnicos e informáticos suficientes, que podrán personalizar sus productos sin que éstos pierdan funcionalidad.
El informe también habla de la importancia de la impresión 3D para la resiliencia en las cadenas de valor, lo que se ha acentuado en los últimos años tras la pandemia y por la escasez de componentes provenientes de países extranjeros. En este sentido, el sector objeto del estudio permite reindustrializar, fabricar productos sin necesidad de importarlos, generar nuevos puestos de trabajo de alta calidad y valor añadido, y favorece la innovación.
Por último, el documento muestra el crecimiento de la impresión en 4D, un segmento que está ganando presencia en sectores como la salud, la automoción y la ingeniería aeroespacial, la moda o el packaging.
Oportunidades de negocio para las empresas catalanas
El informe muestra algunas de las principales ventanas de oportunidad para las empresas catalanas que quieran crecer dentro del mercado de la impresión 3D, especialmente a nivel internacional. En Europa, Italia, los Países Bajos y Alemania son localizaciones con potencial para ganar peso, especialmente en cuanto a la necesidad de tener maquinaria que permita fabricar productos y piezas en tres dimensiones. Estados Unidos, país líder con respecto a esta tecnología, tiene mucha demanda de maquinaria y de soluciones tecnológicas innovadoras. Chile también se mueve en esa dirección. Por último, Australia, que importa el 80% de los productos y dispositivos referentes a la impresión en 3D.
Según datos del European Patent Office y Precedence Research que se detallan en el estudio, en el año 2024 se prevé que el volumen de negocio global del sector sea de 24.000 millones de euros, con un aumento potencial del 19% año tras año hasta llegar a los prácticamente 70.000 millones de euros en el año 2030.
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