¿Sabías que la industria textil es la segunda industria más contaminante del mundo? La segunda en mayor consumo de agua, responsable del 20% de aguas residuales y generadora de enormes contenidos de residuos.
Hablamos con Luis Ribó, cofundador de Circoolar, quien nos comenta que en España, el año pasado, se generaron un millón de toneladas de residuos textiles (es decir, 1.000.000.000 kilos). La analogía de Luis es como si fuese una caravana de camiones de carga desde el centro de Madrid al centro de Barcelona, todos cargados de residuos textiles, eso sería lo que generamos en un año. Y sólo se recicla entre un 5 y un 8 %. Además de la cuota social de esta industria, generadora de enormes desigualdades sociales, incluso hay gente que habla del esclavismo del Siglo XXI, vinculado a la industria textil.
A partir de esto nace Circoolar, de la mano de Cecilia Tamagnini y Luis Ribó, dos socios con nula experiencia en la industria textil. La compañía catalana (B2B) de diseño y comercialización de textil corporativo sostenible que ofrece ropa laboral ecológica cero residuos que garantiza la reciclabilidad de sus prendas hasta el final de su vida útil. El propósito de la compañía se centra en dos pilares:
- Incidir y luchar contra la industria textil.
- Poder acompañar a las empresas en su desempeño social y medio ambiental, "vistiendo la propia sostenibilidad".
El negocio está basado en la economía circular: trabajan con materiales eco friendly, el poliéster reciclado de botellas, el algodón reciclado de viejas prendas o el algodón orgánico, incluso mermas de grandes proveedores de grandes pedidos que están destinados a vertederos o incineradoras, desde Circoolar las recuperan para darles esa vida que nunca tuvieron.
“Por otro lado también damos respuesta a quien ha confeccionado las prendas que van a vestir tus empleados -explica Luis Ribó, cofundador de la empresa- entendiendo que detrás de cada prenda están las manos de una persona, nosotros trabajamos en dos grandes líneas: para pedidos más pequeños con talleres locales de inserción local y empoderamiento femenino, talleres que dan una segunda oportunidad a personas en riesgo de exclusión y para pedidos más grandes, tenemos acuerdos con talleres profesionales de proximidad en Marruecos y en Portugal que están auditados y donde se cumplen condiciones dignas de trabajo”.
Por último, se ocupan de qué pasará con tu ropa laboral una vez llegue el fin de su vida útil o se cambie el logo corporativo y tengan que cambiar la ropa. “Nosotros por un lado, eco diseñamos las prendas para facilitar su posterior reciclaje, es decir qué tipo de composición ha de tener la prenda, qué tipo de print y de bordado para que luego sea fácilmente reciclable. Para grandes pedidos lo que ofrecemos es un servicio de recogida después de su vida útil, pasamos a buscar las prendas para integrarlas en un gestor de residuos donde ahí se les dará una segunda vida, generando así residuo textil cero”, añade Luis.
Luis me preguntó: “¿Tú sabes donde se tiene que tirar la ropa cuando no la utilizas?” Mi respuesta fue un claro “no” y esto es lo que nos ha llevado a la cantidad de residuos. “Ahora la comunidad europea está trabajando en la ley de residuos, sobre todo textiles y la ley de responsabilidad del productor, dos items importantísimos. Para el 2025 se calcula que en todas nuestras ciudades tendrá que haber el contenedor de recogida textil.” nos explica Ribó.
Clientes de Circoolar
Actualmente tienen 28 clientes consolidados, entre los que figuran: Uriach, ISDIN, Sorigué, Chiesi, Aigües de Barcelona, Consum, La Cocina de los hermanos Torres, entre otros. Se trata de un negocio transversal, y esto les permite abarcar diferentes tipos de clientes: en el sector sanitario trabajan con Sanitas, ISDIN, del mundo de la distribución con Consum, también para El Fornet, en la hostelería con el Hotel Torre del Marqués, el Hotel Semáforo, etcétera.
Aspiraciones para el 2022
En el 2020 facturaron un poco más de € 100.000 y fue el mundo de la mascarilla el que les permitió sobrevivir, representando el 50% de su facturación.
“Este año empezamos el año con una facturación similar a la de dos años anteriores y nuestra aspiración es básicamente sumar a más empresas a nuestra lucha contra el desastre textil. Creo que lo bueno que tenemos es que está correlacionado la ganancia y el propósito, cuanto más facturación, mayor impacto medioambiental y mayor impacto social generamos. Nuestro propósito al final -aunque suene raro- es que nos gustaría tener que desaparecer, porque tener que vender ropa sostenible ya sea lo normal y todo el mundo ya ha dado el paso, pero sobre todo nuestro gran labor es que las empresas, los empleados, y ciudadanos tomemos conciencia de que cada vez que decidamos qué prenda nos vamos a comprar, tenemos la posibilidad de construir un presente más justo y sostenible”.
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