Muchos de nosotros estamos acostumbrados a ver programas de subastas de trasteros en la televisión en su gran mayoría americanos. Este tipo de empresas especializadas en alquiler de espacios para guardar aquellas cosas que nos ocupan en casa, ropa de fuera de temporada o hasta stock de nuestro comercio, aterrizaron en Barcelona en 2013 y llegaron a un punto cumbre en 2018.
Con la llegada de la pandemia, mucha gente se ha visto obligada a vaciar espacios de sus hogares y adaptarlos a otras actividades como el teletrabajo. Esto, junto a la reducción de espacio en los hogares, ha sido uno de los motivos principales del aumento de locales en toda la ciudad. En una pequeña calle de Barcelona podemos encontrar fácilmente un par de empresas de trasteros donde antiguamente solían haber talleres, en su mayoría regentados por gente mayor que ha decidido cerrar el negocio y vender o traspasar el establecimiento. Desde los más pequeños a las grandes superficies propiedad de cadenas, encontramos una gran variedad de propuestas que no hacen nada más que crecer.
Trasters Rino (situada entre otras ubicaciones en la Calle Hurtado 28 de Barcelona) y Camilo Pacheco de YoGuardo (situada en la C/ Bertran 126 de la capital catalana y otros emplazamientos también) han contado para InfoNegocios a qué se debe este gran incremento. “El negocio consiste en transformar locales o naves industriales en inmuebles con varios compartimientos” afirma Pacheco. Y es que los negocios tienen una premisa similar: metros cuadrados llenos de armarios de entre 1 y 14 m2 a los que los usuarios pueden acceder 24h, los 7 días de la semana, y guardar sus pertenencias. En el caso de Trasters Rino inauguraron su 3r local en la zona alta de Barcelona hace apenas unos meses, un proyecto que se había retrasado por la pandemia.
De la misma manera que algunos de sus locales sufrieron demoras en sus inauguraciones, este fue también uno de los puntos fuertes que atrajo a más clientes a optar por comprar o alquilar uno de ellos. Ambos coinciden en que cada vez vivimos en pisos más pequeños (78 m2 de media en Barcelona). Un dato interesante que lanzan desde Trasters Rino es que “las necesidades de espacio van creciendo al ritmo que crecen aficiones como el ciclismo, el esquí, el surf, la pintura y tantos otros hobbies que conllevan el uso intermitente de objetos que deben ser guardados por parte de sus propietarios.” En YoGuardo añaden que “nos hemos visto obligados a pasar más tiempo en casa creo que cada vez más se convierte en un servicio de primera necesidad.”
En Europa, el mercado aún está poco explorado a diferencia de en Estados Unidos y, aunque abrir un negocio de estas características parezca aparentemente sencillo, implica elevados conocimientos técnicos si se quiere respetar la extensa normativa existente para su legalización, pasando por la obtención de la correspondiente licencia de actividad (requisitos de fachada, recorridos de evacuación, iluminación, etc) y especialmente en el ámbito de la protección antiincendios.
Los niveles de seguridad de los que disponen ambas empresas nos demuestran la profesionalidad que requiere dirigir este tipo de negocios y gestionar los trasteros de los que cada día se benefician miles de empresas y vecinos cada día. Sus precios competitivos en el mercado y sus ofertas hacen que sea un producto atractivo por el que apostar y sin duda una oportunidad de negocio (tanto para crear como para franquiciar) para muchos emprendedores. Tanto Trasters Rino como Camilo Pacheco de YoGuardo han coincidido en el que sería la idea clave de este auge: alquilar un trastero nos ayuda a poder ampliar nuestro espacio personal y contribuye a nuestras vidas con ventajas de lo más variadas y diversas como lo son sus usuarios.
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