Según los últimos datos publicados por el Anuario de Estadísticas Culturales del Ministerio de Cultura y Deporte, el sector de la cultura representa alrededor de un 3% del PIB patrio, cifra que se traduce en unos € 28.000 millones. Ante estos datos, InfoNegocios Barcelona reúne a artistas, críticas de arte y galeristas para analizar la situación actual del sector.
En este sentido, Marisol Salanova, crítica de arte y comisaria de exposiciones, señala que “vivimos un momento de cambios y adaptación a nuevos medios en el mercado del arte, por supuesto empujados por la emergencia sanitaria y las restricciones de movilidad, además de una crisis financiera derivada de la pandemia de COVID19. Tanto galerías de arte como instituciones públicas culturales y artistas se encuentran interpelados por plataformas como las que generan criptoarte, en busca de vías que compensen la deceleración y supongan un salvavidas.”
En esta línea, con la vista puesta el en las consecuencias de la Covid, Violeta Frank, directora y fundadora de VF Art Projects (productora de proyectos artísticos) destaca: “La comunicación y la promoción de los artistas contemporáneos, especialmente, se incrementó enormemente a nivel digital, lo que también abrió nuevas puertas en todo sentido. A altos niveles de alto coleccionismo, el mercado del arte ha seguido moviéndose aunque de manera sutil, durante estos tiempos desafiantes”.
Por su parte, los artistas también parecen tener claro que el mundo del arte está cambiando, evolucionando y adaptándose. De hecho, el artista conocido como Felipao (embajador, también, de DS Automobiles y del modelo DS 7 Crossback ) -entre cuyos coleccionistas se reconocen nombres como la Reina Sofía, Isabel Preysler o Boris Izaguirre- considera que: “el criptoarte va abrir un nuevo concepto relacional entre artistas y los coleccionistas y un estilo nuevo de arte que hasta ahora era inimaginable. Los NFT’s van a cambiar muchos conceptos que dábamos por hechos hasta ahora”.
Asimismo, la artista Tatiana Roig destaca como: “el arte es más internacional que nunca, se pueden adquirir piezas de cualquier artista desde cualquier rincón del mundo, ver exposiciones en ‘streaming’ y comprar arte desde el ‘smartphone’, algo inimaginable hace unos años. La adquisición de arte era un proceso en directo, el cliente quería verlo antes de comprarlo, ahora con una imagen basta. El coleccionismo, sin embargo, requiere de un contacto directo entre la persona y la obra y sigue su cauce habitual, pese a las restricciones actuales.”
Arte + Negocios
“El arte es un negocio, negociar es un arte, el dinero es arte y el arte es dinero… el arte y el negocio van de la mano por mucho que no nos guste” señala el artista Aldo Comas. Por su parte, Felipao, bajo este mismo prisma, añade: “Que el arte sea comercial es necesario, sino los artistas no llegaríamos a final de mes… es un tópico que cuando se habla de arte mencionar la palabra comercial es peyorativo… no lo comparto”. Y remata Tatiana Roig: “Para mi, vivir del arte no es un trabajo, sino una forma de vida, pero no hay que olvidar que para vivir, hay que vender, y para ello no hay que perder de vista los cánones actuales, las tendencias, estar al tanto de las novedades del mercado… Es una empresa más del sistema”.
“El mundo del arte es literalmente “todo un mundo”, tan amplio y diverso como complejo, depende enormemente de los objetivos buscados… (…) Puede verse como un negocio en sí mismo, muchas veces como inversión” destaca Violeta Frank.
Asimismo, Marisol Salanova aclara que “una cosa es el arte y otra el mercado del arte. Por supuesto que se hace negocio alrededor de cualquier evento cultural, intervención u objeto artístico pero ese no es siempre el objetivo cuando se elabora un proyecto expositivo, tampoco cuando se colecciona. Por eso tenemos coleccionismo de inversión y de pura pasión.”
De sobra es conocido por todas y todos el interés de las grandes fortunas españolas en el mundo del arte. El matrimonio formado por Ana Gamazo y Juan Abelló, Alicia Koplowitz, la Familia Masaveu, Hortensia Herrero o Plácido Arango, entre otras y otros, cuentan con algunas las pinacotecas y colecciones más deseadas a nivel mundial.
Así, la propia Alicia Koplowitz, en el catálogo de la exhibición de parte de su colección en el museo de Bellas Artes de Bilbao, señalaba que: “Un camino iniciático que empezó cuando tenía 17 años, un camino que ha sido, también, un escudo protector de los distintos avatares de la vida y que me ha enseñado a explorar vías desconocidas de mi interior, vías que fui descubriendo a través de cuadros, esculturas, muebles, objetos y cualquier cosa que fijaba mi atención. Por ello la colección tiene que ver mucho con mi biografía”.
Según las expertas, una de las claves para convertirte en objeto de deseo y obsesión de los coleccionista entre algunos de los inversores de arte más selectos pasa por la crítica de arte. En este sentido, Marisol Salanova advierte que “la crítica de arte ha retomado un papel muy importante a la hora de señalar las tendencias, elaborar listas del arte más pujante y ese tipo de cosas que a mi me despiertan desconfianza. Lo mediático está dominando el sector y a medio largo plazo es un error”.
Por su parte, Violeta Frank pone de relevancia como “la vasta carrera y trayectoria de un artista, sumado a una profesional representación y promoción, puede encantar y conquistar. Pero no es suficiente. Lo mejor es conocer el cliente, proponer una obra o un nuevo artista de manera personalizada”.
Felipao tiene claras las claves de su éxito, que considera se basan en que “transmite optimismo”. “Es difícil de entender, alegra los espacios, transforma un espacio… después de la que está cayendo, ¿qué quiere una persona del arte que le rodea?”, se pregunta.
Aldo Comas reconoce que “no sé muy bien cuál es la fórmula, pero creo que hacer las cosas con corazón es la clave. Creo que el arte es la unión más pura de sentimientos instintivos y primarios”.
“Hay más variedad de gustos de los que en nuestro ámbito se cree y a mi me encanta que exista esa intimidad con el arte” responde Marisol Salanova al ser preguntada sobre cuáles son los artistas más demandados por grandes empresarias y empresarios. En esta línea, añade: “Sorprendería saber que muchas de las compras que los grandes empresarios españoles realizan de forma pública, en ferias y aperturas de galerías, no tienen nada que ver con lo que coleccionan en la intimidad”.
Coincide, de nuevo, Violeta Frank al considerar que: “hay cierta diversidad, dependiendo del conocimiento de cada individuo en el plano artístico, de su gusto personal, y de su intención a la hora de comprar una obra de arte, si es para consumo propio o si es a modo de inversión. Existen muchas variantes que determinan esa elección. En general suele haber cierto análisis previo a la hora de comprar, otras veces, es puro “enamoramiento” y conexión con la pieza”.
En este sentido, Tatiana Roig concluye que: “Sé que mis obras se han vendido tanto a coleccionistas de arte como a grandes fortunas españolas, pero se trata de clientes muy reconocidos que no desean que sus nombres trasciendan, así que, de momento, debo guardar su anonimato. No obstante, para mi es un orgullo que lo que hago sea valorado por profesionales del sector tan influyentes en el panorama artístico, empresarial y cultural”. Del mismo modo, Aldo Comas –aunque también sin dar nombres- reconoce que: “Mucha gente de todos los sectores han mostrado interés por mi arte. Otros muchos ya lo tienen en sus casas”.
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