Así lo afirma la entidad bancaria en el monográfico 'El viaje hacia la sostenibilidad del turismo', que recoge los retos y las soluciones para reducir la huella de carbono cuando se realizan viajes y señala la importancia de tener en cuenta a las poblaciones locales para contribuir con el desarrollo sostenible y el equilibrio del entorno.
Entre las soluciones para reorientar el actual modelo turístico hacia la sostenibilidad, los expertos a los que se da voz en esta publicación destacan los grupos reducidos, el turismo de proximidad, la conservación de la biodiversidad, la desestacionalización, el mantenimiento del patrimonio y los recursos locales o la generación de empleos dignos.
Según BBVA, la mejor opción de transporte para hacer turismo de manera sostenible es el tren, porque las emisiones de CO2 generadas por cada pasajero son casi diez veces menores en comparación con el avión y unas seis veces menores respecto a un coche de combustión. Y, si hay que elegir el avión, se pueden seleccionar vuelos que ofrezcan programas de compensación de proyectos sostenibles.
También es conveniente alojarse en un establecimiento sostenible que, por ejemplo, haya sido construido con materiales reciclados o cuyo diseño sea bioclimático, consuma energías limpias, utilice productos de limpieza biodegradables, reduzca la generación de residuos, ofrezca alimentos locales y contrate a trabajadores de la zona en condiciones laborales dignas y use energías limpias.
Respecto a las acciones individuales, el monográfico sugiere evitar el despilfarro de agua usando la toalla más de un día, moderar el consumo de energía controlando la calefacción y el aire acondicionado y respetar el entorno, disfrutando de la naturaleza sin interferir con ella.
En lo que se refiere a los hábitos de consumo, BBVA recomienda reciclar y evitar los productos sobreenvasados y los de usar y tirar, además de apoyar la economía local con un consumo responsable, comprando en pequeños comercios.
Por último, invita a respetar las tradiciones y costumbres de los habitantes e impulsar su cultura y a potenciar la economía circular con las siete erres: rediseñar, reducir, reutilizar, reparar, renovar, recuperar y reciclar.
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