Desde la declaración de la pandemia en marzo de 2020, el 75% de los hoteles de la ciudad no ha vuelto a abrir sus puertas. Según datos del Gremi d’Hotels de Barcelona, esto ha provocado una caída en la facturación del 95% que se mantendrá en los próximos meses, aunque esperan una leve mejoría de cara al verano.
Por su parte, el 25% de hoteles que permanecen abiertos suman un nivel de ocupación del 15%, acogiendo especialmente a personas que viajan por razones médicas o profesionales. Esta grave situación ha motivado la adopción de estrategias para generar ingresos en un contexto donde, debido al cierre de fronteras, el turismo se ha reducido drásticamente.
“Es admirable ver cómo los hoteles han usado la creatividad para tratar de sobrevivir a la pandemia”, afirma Manel Casals, director general del Gremi d’Hotels de Barcelona. Desde ofertas para cenar y dormir por un precio económico hasta el alquiler de habitaciones por horas, un sistema cada vez más popular en España.
Sin embargo, la principal propuesta de cadenas hoteleras como Melià, Gallery o Iberostar consiste en convertir sus instalaciones en pequeñas oficinas: una oportunidad que surge de la implementación del teletrabajo por parte de muchas empresas catalanas.
Así pues, los hoteles híbridos ofrecen habitaciones con todo el equipamiento tecnológico necesario, así como ordenadores, wifi de alta velocidad o incluso servicio de impresión. Esta propuesta consigue dar respuesta a las dificultades que algunas personas tienen para trabajar desde su casa, proporcionándoles un lugar tranquilo y confortable.
También han creado zonas de coworking con despachos privados y compartidos, además de salas de reuniones e incluso cafeterías para uso de los trabajadores. Estos espacios, que pueden alquilarse por horas, días o incluso meses, ya están presentes en hoteles de lujo como el Kimpton Vividora o el W Barcelona.
Aunque este modelo de negocio ha tenido una buena acogida por los locales, el nivel de ingresos que genera es muy inferior al del uso habitual. Por ello, Manel Casals considera que se trata solo de una solución momentánea. “Es una situación totalmente circunstancial, así que cuando aumente el turismo los hoteles volverán a la normalidad”, asegura.
Desde el Gremi d’Hotels de Barcelona confían en que la actividad hotelera empiece a mejorar a partir de 2022, si bien admiten que la recuperación será muy lenta.
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