Al igual que sucede con todo lo que rodea el ciclo menstrual y la salud íntima de la mujer, la retirada de la menstruación y los síntomas físicos y psicológicos que conlleva es un tema tabú. El machismo de base de nuestra sociedad influye en la estigmatización que existe en torno a la menopausia, ya que todo lo relacionado con la salud íntima y reproductiva de la mujer se invisibiliza. Y, a ello, se le añade una discriminación por edad vinculada al género, porque se asocia con la vejez.
“Se utiliza el término ‘menopáusica’ como algo despectivo, para indicar que la mujer deja de ser atractiva, que ya no es joven, que ya no es fértil ni puede tener hijos, que se acaba lo bueno de su vida, que es incapaz, que ya no tiene deseo sexual ni es deseable… Pero el valor de una mujer no debería ir ligado a su capacidad reproductiva o a su juventud”, señala Mireia Roca, cofundadora de Domma.
Martínez señala que la invisibilización de la menopausia se hace evidente en la ausencia de políticas públicas y en la falta de debate público sobre esta cuestión, en el silencio mediático, en la escasa investigación, en la poca o inexistente formación de los profesionales sanitarios que, a su vez, ofrecen un trato insuficiente o desactualizado a la mujer, en la falta de educación en las escuelas…
“La menopausia es la etapa de la que menos se habla, lo que provoca que las mujeres la vivan solas, desorientadas, con vergüenza y miedo a ser juzgadas, como si solo la estuviesen viviendo ellas y tuvieran que esconderlo”, explica Cristina Martínez, cofundadora de Domma. La realidad, sin embargo, es que todas las mujeres pasarán por el climaterio en algún momento de su vida. Generalmente, entre los 45 y los 55 años -a los 51 según la media española- desaparecerá la menstruación y el climaterio se prolongará años, hasta ocupar un tercio de su vida.
La invisibilización de esta etapa la convierte en tabú y hace que siga estando rodeada de mitos y prejuicios, de forma que muchas mujeres se avergüenzan y no se atreven a compartir lo que sienten con sus allegados. En España, muchas mujeres sobrellevan los síntomas de la menopausia como un sufrimiento silencioso o, cuando se atreven a hablar de ello con un médico, se las medicaliza en exceso con terapia hormonal, como si fuera simplemente una deficiencia hormonal que requiere reemplazo de estrógeno.
El equipo de Domma quiere hacer hincapié en que esta invisibilización de la mujer madura no es solo un problema social, sino que repercute efectivamente en la calidad de vida de la mujer e incrementa el riesgo de padecer ciertas enfermedades. Dado que la mujer no dispone de la información adecuada para vivir esta nueva etapa de forma saludable y positiva ni recibe los cuidados físicos y psicológicos que necesita, no será capaz de identificar y normalizar determinados síntomas, ni de detectar otros que sí que pueden degenerar en problemas graves de salud y acudir a un especialista.
Normalizar todo el proceso de transición menopáusica es clave para vivirlo como el proceso natural que es. Desde Domma apuntan a que más del 95% de las mujeres sentirán alguno de los síntomas físicos y anímicos más habituales -irritabilidad, sofocos, insomnio, sudoración, sequedad…- que son fruto del desequilibrio hormonal que provoca la menopausia, si bien cada mujer es distinta. Para paliar esta sintomatología, Domma ofrece alternativas naturales de base científica; además, brinda un acompañamiento global y personalizado a cada mujer para positivar y desestigmatizar la menopausia.
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