Desde hace unos años, la imposibilidad de disponer de lavadora en muchas casas de Barcelona, ya sea por motivos económicos o falta de espacio, y la presencia de turistas han hecho que los locales donde poder ir a lavar tu ropa se multipliquen por toda la ciudad. Pero, ¿te has imaginado tomando algo mientras esperas tu colada? Esta es la premisa de LaBar, un local situado en la calle Consell de Cent de la capital catalana donde la espera será mucho más amena.
Gerard y su pareja y socia Marta eran usuarios frecuentes de lavanderías autoservicio tanto para la ropa de casa como en sus viajes. Pasaron muchas horas delante de lavadoras en locales que ellos describen como “fríos y sin alma”. Fue así como surgió la idea de acomodar el espacio, dando una vuelta al concepto y haciéndolo más especial.
Un buen juego de palabras y un estilo rústico totalmente acogedor, dan forma a este negocio muy alejado del modelo de otros locales de este tipo. En todo momento se quiere buscar la comodidad del usuario ofreciendo servicios propios de una cafetería como pueden ser sofás, wifi, buenos cafés y algunos tentempiés. Los usuarios se sienten como en casa y muchos recomiendan ir a tomar algo, aunque no tengas nada para lavar. La gente trabaja, lee un libro, toman un café…en definitiva es un espacio versátil y carismático donde pasar el rato.
Según su propietario, se ha convertido en un espacio de convivencia en el barrio donde se puede ver desde vecinos y turistas lavando su ropa, hasta jubilados que van a pasar la tarde y a jugar unas partidas de dominó.
“Nuestra idea es que el cliente se lleve algo más que la ropa limpia cuando pasa por LaBar; que realmente sea toda una experiencia.” En ningún momento pensaban que para mucha gente, esta labor tan pesada, sería todo un ritual de desconexión y que otros, que jamás hubieran pisado un autoservicio, ahora se han convertido en clientes frecuentes.
Este tipo de locales suelen estar vacíos, todas las máquinas son automáticas y no disponen de personal que te ayuden en caso de duda. Que alguien esté ahí para asesorarte o que te vigile las cosas si tienes que salir un momento a hacer algún recado, produce mucha tranquilidad a los usuarios que se decantan antes por esta opción relajante y cómoda que no por otra más mecanizada.
LaBar sorprende solo pasando por la calle con unas llamativas lavadoras cromadas y azules combinadas con elementos rústico-industriales, plantas y un adorno hecho a base de calcetines “olvidados”. Para acabar de hacer la visita de los clientes más agradable, apuestan por proveedores locales para los productos de su, con un café de especialidad tostado en Barcelona, refrescos saludables y hasta cervezas artesanas para las coladas de mediodía al sol.
Sin lugar a duda, hacer la colada ya no parece una tarea tan tediosa. ¿Os animaríais a probar este nuevo concepto?
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