Debido al gran número de candidatos que tienen las empresas a la hora de cubrir una vacante, muchos han decidido agilizar las primeras fases utilizando la tecnología conocida como ATS (Applicant Tracking System, en inglés).
Los ATS son softwares que permiten filtrar la información del CV de los candidatos y que generalmente se usan para hacer un primer descarte. Funcionan a partir de la búsqueda de palabras clave relacionadas con el puesto ofertado.
Es normal que, ante la posibilidad de ser descartados directamente por una máquina, nos sintamos frustrados. Sin embargo, hay maneras sencillas de hacer un currículum que supere los sistemas ATS.
Lo más importante es la buena elección de palabras clave. Es conveniente revisar ofertas de empleo de nuestro sector y ver qué términos suelen repetirse más. Sin una palabra clave es especialmente relevante (por ejemplo, el nombre de un puesto que desempeñamos que coincide con aquel al que optamos) podemos incluso repetirla estratégicamente.
Otro punto importante es evitar imágenes, gráficos y columnas. Estos elementos no son legibles por los ATS y se desaprovecharán. A diferencia de un currículum hecho para el ojo humano, esta versión no tiene por qué ser atractiva visualmente. De hecho, es mejor que el diseño sea lo más limpio y claro posible, sin elementos “originales”.
Cabe mencionar que, como la existencia de las ATS ya es conocida, hay quien recomienda trucos para “engañar a la máquina” como escribir muchas palabras clave en blanco para que no se vean. El reclutador acabará dándose cuenta. Por ejemplo, en el caso de las palabras clave en blanco, el sistema ATS pone todas las palabras del mismo color.
Por supuesto, seguirá habiendo situaciones en las que tengamos que mandar nuestro CV directamente a un reclutador. En ese caso, puede ayudar que nuestro CV tenga un diseño bonito, aunque sea menos legible por los ATS. Por este motivo, es recomendable tener un CV para las máquinas y otro para el ojo humano.
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