Germán Sánchez, responsable de Big Data y Analytics de AIS, explica que este análisis de la tasa de esfuerzo se basa en viviendas comunes de uso residencial, específicamente aquellas de hasta 120 m² y con un máximo de tres dormitorios.
“Con unos ingresos netos medios de los hogares españoles en 2024 que ascienden a 34.800 euros anuales y el precio medio para los nuevos alquileres de este tipo de inmuebles situado en 1.020 euros al mes, los nuevos inquilinos deberán destinar aproximadamente el 35% de sus ingresos a este gasto”, detalla.
La tendencia de la tasa de esfuerzo en el pago del alquiler ha ido en aumento en los últimos años, superando la recomendación de los economistas de que el gasto en vivienda no debería exceder un tercio de los ingresos.
Esta situación tiene consecuencias tanto económicas como sociales. “Por un lado, dificulta el acceso a la vivienda para ciertos colectivos, limitando la emancipación de muchos jóvenes, especialmente aquellos que desean independizarse en solitario”, comenta Sánchez.
Asimismo, destinar más del 35% de los ingresos netos al alquiler aumenta la necesidad de endeudamiento. Queda patente en el saldo de la cartera de crédito al consumo, que ha crecido un 5,3% entre junio de 2023 y junio de 2024, de acuerdo con datos del Banco de España.
Sin embargo, las condiciones de acceso a este crédito se han endurecido en los últimos meses. “La combinación de estos factores crea un escenario que debe monitorearse de cerca para evitar un aumento en la morosidad, lo que podría generar tensiones tanto para las familias como para el sistema financiero”, advierte Sánchez.
Desigualdades regionales en la tasa de esfuerzo
La tasa de esfuerzo varía significativamente según la región. En 2024, la media nacional se sitúa en el 35%, pero comunidades como Baleares presentan la situación más crítica, con una tasa de esfuerzo del 58%, que puede alcanzar hasta el 65% durante la temporada alta. Por otro lado, Castilla-La Mancha tiene la tasa más baja, con un 19%.
Cataluña y Madrid también superan el 40% (con tasas del 45% y 41%, respectivamente), mientras que regiones como la Comunitat Valenciana y Canarias tienen tasas superiores al 38%.
En contraste, comunidades como Aragón, Extremadura y Castilla-La Mancha ofrecen una situación más favorable, con tasas de esfuerzo inferiores al 25%. Esta variabilidad refleja las dificultades que enfrentan muchas familias en distintas partes del país para acceder a un alquiler asequible, lo que aumenta la presión económica en los hogares, especialmente en áreas donde el costo de vida es más alto.
Impacto del alquiler en las capitales
El análisis también resalta las diferencias en la tasa de esfuerzo entre alquilar en las capitales provinciales y en otras localidades. Aunque los ingresos medios en las capitales suelen ser más altos, los precios de los alquileres también lo son, lo que resulta en tasas de esfuerzo generalmente más elevadas.
Por ejemplo, en Barcelona, alquilar en la capital puede suponer hasta un 59% de los ingresos netos, mientras que, en municipios de la provincia, esta cifra se reduce a un 32%. En Madrid, la tasa de esfuerzo para nuevos inquilinos es del 46% frente al 27% en el resto de la comunidad.
Este análisis, basado en los indicadores sociodemográficos y económicos Habits de AIS, subraya la creciente dificultad que enfrentan muchas familias españolas para acceder a una vivienda digna. Habits permite una visión integral de la situación económica y social en España, ofreciendo información valiosa para la toma de decisiones estratégicas y facilitando el entendimiento de las dinámicas del mercado inmobiliario.
CCAA |
Tasa esfuerzo media nuevos alquileres 2024 |
España |
35% |
Andalucía |
34% |
Aragón |
25% |
Asturias, Principado de |
25% |
Balears, Illes |
58% |
Canarias |
38% |
Cantabria |
38% |
Castilla - La Mancha |
19% |
Castilla y León |
25% |
Cataluña |
45% |
Comunitat Valenciana |
39% |
Extremadura |
24% |
Galicia |
28% |
Madrid, Comunidad de |
41% |
Murcia, Región de |
29% |
Navarra, Comunidad Foral de |
28% |
País Vasco |
35% |
Rioja, La |
27% |
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