El objetivo de este informe es sensibilizar y reconocer la importancia del empleo como factor clave para la recuperación y normalización de la vida de las mujeres víctimas de violencia de género, impulsando la puesta en marcha de iniciativas que aceleren su inclusión laboral.
En esta edición, el análisis se ha elaborado a partir de una encuesta realizada a 490 mujeres que están superando un proceso de violencia de género. De ellas, el 53% busca trabajo como un paso imprescindible hacia su independencia y recuperación, mientras que el 47% ya ha accedido a un empleo.
En España se interponen 544 denuncias diarias por violencia de género
199.094 denuncias anuales: un punto de consolidación tras años de incremento
En 2024, las denuncias por violencia de género en España se situaron en 199.094, una cifra muy similar a la del año anterior (199.282) y que equivale a una media de 544 denuncias diarias. Esta estabilidad, tras varios ejercicios de crecimiento sostenido, marca una fase de consolidación en la visibilización y denuncia de la violencia de género.
Desde el punto de inflexión que supuso la pandemia, cuando las denuncias descendieron drásticamente por las dificultades de acceso a la ayuda, los datos han mostrado un repunte continuado hasta alcanzar una meseta alta, en torno a las 200.000 denuncias anuales. Este comportamiento refleja tanto la persistencia del problema como el progreso social e institucional en la detección y denuncia de los casos.
En efecto, el leve descenso registrado en 2024 (-0,1%) no representa un retroceso significativo, sino que más bien sugiere una estabilización del sistema de respuesta. Las cifras muestran que la confianza de las mujeres en los mecanismos de protección y justicia se mantiene firme, en un entorno cada vez más preparado para acompañarlas en su proceso de denuncia y recuperación. En esta evolución han influido de forma positiva la creciente sensibilización social -favorecida por la amplia difusión mediática y las campañas de concienciación-, así como el refuerzo de los recursos institucionales: atención psicológica, asesoría jurídica y canales de denuncia más accesibles.
Según Begoña Bravo, directora de Inclusión de la Fundación Adecco: “Si bien la estabilidad en el número de denuncias puede interpretarse como una consolidación del entorno de confianza y visibilización alcanzado en los últimos años, también plantea interrogantes sobre las posibles barreras que siguen frenando a las mujeres a la hora de pedir ayuda. De este modo, y aunque en el descenso de denuncias podrían influir factores coyunturales como una menor actividad judicial, también podrían subyacer causas más estructurales, como el miedo, la dependencia económica o la desconfianza en el sistema de protección. En este contexto, el empleo sigue siendo el recurso por excelencia para que las mujeres recuperen su seguridad, autonomía y capacidad para pedir ayuda, al proporcionarles independencia económica y una red social que refuerza su confianza y proyecto de vida”.
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