Una costa con alma mediterránea
El Maresme no es solo una franja de litoral: es un territorio que respira calma, belleza natural y autenticidad. Sus pueblos, de Alella a Cabrils, de Sant Vicenç de Montalt a Sant Andreu de Llavaneres; combinan viñedos DO Alella, playas de arena clara, clubes náuticos, marinas deportivas y una oferta gastronómica que incluye estrellas Michelin.
A ello se suman hoteles boutique, masías reconvertidas en enclaves de diseño y rutas que atraviesan bosques, colinas y acantilados con vistas infinitas. Un destino donde el turismo de lujo no es ostentoso, sino sensorial y elegante.
Por qué el turismo de alto nivel está escogiendo el Maresme
- Clima mediterráneo todo el año, perfecto para deporte, náutica y vida al aire libre.
- Accesibilidad impecable: a 30 min del centro de Barcelona y 45 min del aeropuerto.
- Gastronomía de autor que combina tradición catalana y propuestas contemporáneas.
- Oferta náutica en expansión, con la renovación del puerto de Llavaneres como nuevo imán para el turismo lifestyle.
- Hoteles boutique y fincas históricas que están siendo reposicionadas por inversores nacionales e internacionales.
Cada vez más visitantes buscan lujo tranquilo: casas con vistas al mar, huertos propios, piscinas escondidas entre pinos, caminos de ronda privados y acceso directo a calas poco transitadas.
Una inversión que gana fuerza
En paralelo a su atractivo turístico, el Maresme ha despertado el interés de los grandes patrimonios europeos.
Los datos muestran un mercado en plena ebullición:
En 2025, las transacciones de vivienda premium en la zona han crecido alrededor de un 15 %, especialmente en propiedades singulares.
El precio del lujo se mueve entre 4.000 y 7.000 €/m², muy competitivo frente a Barcelona o la Costa Azul.
Proyectos residenciales con identidad: casas de autor, villas frente al mar, masías con viñedos, que están captando a compradores franceses, suizos, neerlandeses y barceloneses.
La renovación del puerto de Sant Andreu de Llavaneres, que avanza hacia convertirse en uno de los enclaves náuticos más atractivos del litoral catalán, ha sido un catalizador clave. Este proyecto está impulsando tanto el valor de la zona como su reputación como destino para el turismo de alto nivel y la inversión internacional.
El nuevo Mediterráneo del lujo calmado
“El Maresme se ha convertido en la síntesis perfecta entre sofisticación y autenticidad. Aquí el lujo no es exceso: es espacio, luz, mar, privacidad y tiempo para uno mismo”, explican desde Barnes Maresme.
Esa filosofía, que combina hedonismo mediterráneo, proximidad a Barcelona y una naturaleza que invita a bajar revoluciones, ha posicionado al Maresme como una alternativa irresistible frente a destinos más saturados como la Costa Azul, la Riviera italiana o incluso la propia Barcelona ciudad.
El resultado: un destino que mira al futuro
Pueblos cuidados, oferta cultural creciente, arquitectura contemporánea que convive con masías del siglo XVIII, bodegas históricas, rutas en e-bike, beach clubs discretos, calas silenciosas y hoteles boutique con encanto.
El Maresme ya no es “la costa de al lado”: es el nuevo enclave mediterráneo donde los viajeros de lujo se inspiran y donde los inversores encuentran valor, estabilidad y belleza duradera.
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