Compartir una cuenta con tus padres o con tus hijos te puede salir caro. Ese es el mensaje que Netflix ha trasladado a miles de usuarios con el anuncio de su nueva política que busca acabar con las “cuentas compartidas”. Una acción que no tuvo en cuenta durante el confinamiento, cuando obsequió a los usuarios con una pantalla adicional durante este lapso.
La medida supone que aquellos núcleos familiares que cuenten con una o más pantallas no puedan hacer uso de la cuenta si viven en hogares separados.
Una política que rompe totalmente con la libertad que ofrece Internet, especialmente en un servicio de pago que se disfruta de forma lícita. Cabe recordar que aunque solo tengas una pantalla contratada, puedes ver el mismo contenido en varios dispositivos a la vez, tanto series como películas.
Otro supuesto habitual es que grupos de 3 o 4 amigos opten por poseer una única cuenta con varias pantallas, pues el precio final es menor al de poseer una cuenta por separado.
Netflix ha indicado al respecto que llevará a cabo estos cortes en la emisión tras un aviso en pantalla de la propia restricción, que se puede saltar una vez antes de cortar el visionado a los pocos minutos.
Seguimiento por la IP del usuario y validación con notificaciones al titular
De cara a evitar que su nueva política caiga en excesos, la firma norteamericana ha dispuesto un sistema de autentificación vía notificación escrita al titular de la cuenta cuando se usen las claves de acceso en una dirección IP distinta a la “habitual”.
Es decir, que con solo irte de vacaciones ya estarías “infringiendo” esta nueva norma. Ahora bien, la pregunta que muchos usuarios se hacen es si tiene sentido que esta verificación se extienda a una cuenta con más de una pantalla cuando se está visionando contenido diferente que han pagado con anterioridad.
Ante tal descontento, ¿qué es lo que mueve a Netflix a agitar un avispero que puede suponer la pérdida de suscriptores? El valor de sus acciones y el coste de sus producciones.
El coste del descontento los usuarios
El valor en bolsa de la compañía de streaming varía en función de los nuevos suscriptores, cuyos datos se suelen revelar de forma trimestral.
Es decir, Netflix crece cuando aumenta su número de suscriptores, y viceversa. Esto se puede apreciar de manera muy evidente durante la pandemia, en el segundo trimestre de 2020.
Ahora, superado en febrero el techo de 200 millones de suscriptores en todo el mundo según medios expertos como Variety, el foco se centra en si esta cantidad de usuarios es suficiente para equilibrar los gastos de las producciones de Netflix, especialmente tras la última subida de precios en todas las suscripciones.
Una carta arriesgada que nadie se atreve a predecir, pues podría suponer la migración de gran parte de su público a otras plataformas como Amazon Prime Video, HBO Max o Disney+ -plataforma que apuesta con fuerza con series de culto como 24 o la recientemente anunciada de la factoría Marvel “Falcon y el Soldado de invierno”-.
La otra alternativa pasa por incluir anuncios –como Movistar+-, pues Netflix ahora mismo no cuenta con publicidad más allá del visionado de tráilers de producciones propias. Hecho que podría hasta abaratar las suscripciones y ser el reclamo definitivo para voltear una situación que ha levantado del asiento a muchos de sus usuarios.
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