En concreto, la flota atunera nacional señala que la flota china podría trasladar sus prácticas de pesca a estas nuevas zonas para compensar la pérdida de rentabilidad que supondrá para su actividad tener que abandonar los caladeros tradicionales del atún en las aguas jurisdiccionales de pequeños estados insulares del Pacífico y en los que operaba a través de acuerdos de pesca.
Según el informe 'Fishful Thinking' de la consultora Planet Tracker la rentabilidad de la flota china se reducirá un 29% como consecuencia de este desplazamiento de las especies. Respecto al movimiento de las poblaciones de atunes desde estas aguas jurisdiccionales hacia alta mar, un estudio de la universidad de Wollongong (Australia), prevé incrementos de la biomasa de las tres especies de atún tropical (listado, rabil y patudo) del 25% y del 18% en 2025 en estas nuevas zonas y según un escenario de calentamiento alto o moderado, respectivamente. Ello se traduciría en 673.000 toneladas en el primer caso y de 528.000 toneladas en el segundo escenario.
Opagac recuerda que las poblaciones de patudo, rabil y listado del océano Pacífico están en buen estado, principalmente gracias a los mecanismos de gestión del esfuerzo pesquero adoptados tanto por WCPFC como por CIAT.
Por ello y ante este nuevo escenario, la flota atunera española cree "necesario reforzar las medidas de control" de ambas ORP, así como el seguimiento de las flotas que no operan con artes de cerco y que podrían contribuir a la sobreexplotación de estas especies a través de actividades de pesca IUU, tal como se ha identificado en el caso de la flota china.
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