Las organizaciones continúan priorizando la sostenibilidad a pesar de la incertidumbre global
Más de 4 de cada 5 organizaciones tienen previsto aumentar la inversión en sostenibilidad ambiental lo que supone un aumento de 8 puntos porcentuales con respecto al año pasado. El cumplimiento normativo sigue siendo el principal factor que impulsa las iniciativas de sostenibilidad, seguido por la generación de valor empresarial —como la rentabilidad, el ahorro de costes y la eficiencia operativa—. A pesar de este argumento empresarial, dos tercios de los ejecutivos afirman estar sometidos a una creciente presión para demostrar un progreso creíble y con base científica. No obstante, solo el 21% de las organizaciones ha desarrollado planes de transición detallados con objetivos provisionales y asignación de capital. A nivel interno, el progreso se ve limitado por restricciones presupuestarias, sistemas de datos y medición insuficientes y silos operativos. A nivel externo, casi dos tercios de los ejecutivos coinciden en que la situación geopolítica actual está frenando las inversiones y los proyectos de sostenibilidad, una proporción que se mantiene estable desde el año pasado.
Las estrategias climáticas están definidas, pero su ejecución sigue siendo limitada
En el contexto actual, marcado por el calentamiento global y las condiciones climáticas extremas, las organizaciones están sintiendo la presión de los impactos del clima: más de siete de cada diez ejecutivos reportan interrupciones en las cadenas de suministro, señalan mayores disrupciones en la producción y sufren escasez de materias primas. Además, dos tercios prevén dificultades en la gestión de seguros o riesgos financieros. Si bien la mayoría afirma priorizar la adaptación climática, más de la mitad considera que su organización no está suficientemente preparada para los impactos del cambio climático. La desconexión entre la preparación percibida y la resiliencia real sugiere que pocas organizaciones están tomando medidas tangibles adecuadas: solo el 38% está mejorando la infraestructura, el 31% ha trasladado la producción a regiones menos vulnerables al clima y apenas el 26% está rediseñando los productos.
“Aunque las normativas en materia de sostenibilidad están ejerciendo menos presión sobre las organizaciones, los líderes empresariales siguen considerando la sostenibilidad como un factor clave para el valor empresarial. Sin embargo, ante la incertidumbre global y las restricciones presupuestarias, muchas empresas deben asumir la realidad del momento”, afirma Cyril García, Responsable de Servicios Globales de Sostenibilidad y Responsabilidad Corporativa de Capgemini y Miembro del Consejo Ejecutivo del Grupo Capgemini. “Dado que los riesgos climáticos ocupan un lugar cada vez más importante en la agenda corporativa, los líderes empresariales deben adoptar un enfoque pragmático y operativo, y aplicar con urgencia medidas concretas y financiadas de transición y adaptación. Esto no solo generará una verdadera resiliencia, sino que también impulsará la innovación y la competitividad”.
La huella mediambiental de la IA se analiza al detalle
La IA está desempeñando un papel significativo en el avance de la sostenibilidad, ya que casi dos tercios de los ejecutivos informan que sus organizaciones utilizan IA para cumplir con sus objetivos de sostenibilidad. Sin embargo, a pesar de su capacidad para procesar datos, reducir el consumo de recursos y generar eficiencias que favorecen la sostenibilidad, la IA también tiene su propio impacto ambiental. El 57% de los ejecutivos reconoce que el impacto ambiental de la IA generativa se está debatiendo en los consejos de administración, pero menos de un tercio afirma haber tomado medidas para mitigarlo. La investigación indica que existe una cautela cada vez mayor en torno a su huella ambiental, ya que el número de ejecutivos que cree que los beneficios de la IA generativa superan sus costes medioambientales ha descendido del 67% en 2024 al 57% en 2025.
Una brecha de credibilidad cada vez mayor entre las marcas y los consumidores
En lo que respecta a los consumidores, el escepticismo está aumentando de manera significativa: más de seis de cada diez (62%) consumidores creen que las empresas practican greenwashing, frente a un tercio en 2023 y más de la mitad en 2024. Además, más de tres cuartas partes creen que las empresas deberían hacer más para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Esto pone de relieve la necesidad de una comunicación transparente y respaldada por pruebas en materia de sostenibilidad. Además, solo una cuarta parte de los consumidores considera que los productos sostenibles son accesibles económicamente, y apenas el 16% cree tener acceso a información suficiente sobre esta materia.
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