A finales del siglo XVII fue la máquina de vapor. Esta vez, son los robots integrados en sistemas ciberfísicos. Una transformación radical avanza vertiginosamente y ninguna empresa quiere quedarse fuera. La Cuarta Revolución Industrial mezcla técnicas de producción vanguardistas con sistemas inteligentes que se integran con las organizaciones y las personas.
En este nuevo entorno, las compañías tienen el desafío de actualizarse. Cuanto antes. “Las organizaciones siempre se han adaptado, hoy la transformación pasa por la digitalización. En un entorno marcado por la convergencia de los sistemas digitales, físicos y biológicos a toda velocidad, estamos intentando adoptar con rapidez estas tecnologías e innovaciones disruptivas.
Todo este conjunto provoca cambios en el contexto con la aparición de nuevos modelos de negocio y formas de trabajar, la modificación de hábitos y comportamientos, la incorporación de metodologías y herramientas”, explica Ramón Costa, profesor asociado y director de programas de la escuela de negocios EADA.
La disrupción digital trae nuevos competidores, productos sustitutivos, variaciones en las barreras de acceso y otras demandas del mercado así como alteraciones legislativas, políticas y financieras. ¿Qué tan preparados están los directivos españoles para enfrentar este proceso? A través de diversos estudios, EADA Business School se ha encargado de medir las habilidades digitales de los directores corporativos de distintas industrias y el gran salto que dieron en la carrera tecnológica desde 2018 hasta hoy. En su último informe 2021 que acaban de lanzar, revelan cuál es la madurez digital de los altos cargos en las empresas españolas y qué queda por aprender para subirse a la ola de la transformación digital de las organizaciones. “Este proceso supone redefinir, replantear y repensar la estrategia de la compañía. Todo esto implica un cambio cultural en la compañía, así como el liderazgo de esta transformación y su facilitación. Esto nos obliga a todos a tener que desarrollar competencias”, resume Costa.
Línea de tiempo o digitalómetro
En 2015 EADA Business School realizó el primer estudio en colaboración con Roca & Salvatella y Penteo con 400 directivos. El resultado mostro? un buen nivel de conocimiento y comunicación digital, pero se identificaron carencias en cuanto los directivos salián de su zona de confort. Utilizaban las competencias relacionadas con la aplicación personal, pero carecían de algunas de las habilidades clave a la hora de aplicarlas al trabajo en equipo, a la empresa y a su relación con el cliente. A nivel de madurez de las organizaciones, se constataba que las empresas se encontraban en los estadios iniciales de su transformación digital.
En 2018, en un contexto tecnológico acelerado, la segunda edición del estudio, con un cuestionario evolucionado, constata que si bien se avanza no se aprecia una mejora considerable por parte de los directivos a nivel de habilidades digitales. “Tres años pueden ser una eternidad en un entorno digital, a la vez que aparecen muchísimas tecnologías que van cambiando”.
La pandemia de COVID-19 obligó a las empresas y a sus altos cargos a agilizar los procesos de transformacio?n digital, como confirma el estudio que además responde las cuestiones clave: ¿cómo hemos evolucionado y en qué ámbitos?, ¿usamos las tecnologías para ser más eficientes?, ¿entendemos el valor que aportan las nuevas herramientas digitales a nuestra organización?, ¿hemos avanzado en el liderazgo de la transformación digital?, ¿cuál es la propia percepción de los directivos?, ¿qué contrasta la realidad?
Quién lidera la estrategia digital en 2021
En este proceso de adopción tecnológica, el liderazgo del cambio es tan importante como el desarrollo de habilidades y competencias digitales. “Año tras año la dirección general va asumiendo la estrategia digital en vez de delegarla a un departamento específico. La foto de 2021 muestra que en 6 de cada 10 empresas quién lidera el cambio es la dirección general, mientras que en un 25% de las empresas el liderazgo de la estrategia está en manos de business & technology y en un 11%, está a cargo de marketing y ventas. Este es un cambio muy positivo: si vemos la evolución desde 2015, en aquel momento el responsable era marketing y ventas y solo en tercer lugar venía la gerencia, que en 2018 ya se va perfilando como quien asume la visión holística y global de la transformación, algo que se refuerza con las respuestas de 2021”, detalla Costa. Y aclara por qué este dato es fundamental: “El estudio demuestra que hay una correlación entre la madurez digital de las compañías y quién lidera la estrategia digital.” Podemos concluir que en España estamos siguiendo ese patrón y poco a poco el comité de las compañías va tomando esa responsabilidad.
El efecto Coronavirus
La pandemia aceleró la digitalización de la organización: el 88% de las compañías tuvieron que reforzar sus herramientas y procesos digitales ante la pandemia. La mitad de ellas, además, incorporaron nuevos modelos digitales. Solo el 6% consideró que ya estaban suficientemente digitalizados pre-Coronavirus y que no tuvieron que poner en marcha ninguna iniciativa adicional.
La importancia de la multicanalidad
¿Tiene la empresa una estrategia multicanal para conversar con sus clientes y proveedores? El informe corrobora que 6 de cada 10 empresas ya disponen de una estrategia multicanal para interactuar con su entorno?
Además, ¿ese entorno es seguro para el intercambio de información? De 2015 a 2018 se percibe un ligero incremento, mientras que el salto del 2018 al 2021 ha sido mucho más acentuado: 8 de cada 10 empresas tienen entornos de intercambio seguros.
La selfie de los directivos
El informe también indaga cuál es la auto-percepción sobre la utilización de las herramientas digitales para mejorar la competitividad de la empresa. “En 2015 veíamos que solo 3 de cada 10 sacaban un buen provecho de esas tecnologías para ser más competitivas. En 2021, comprobamos que la percepcio?n de los directivos sobre el uso de las herramientas digitales para mejorar su competitividad ha mejorado en un 20%”, expresa Costa.
En el auto-diagnóstico de los directivos, se les preguntó cuál es su nivel de madurez en 39 habilidades digitales. En una escala que va de 1 a 10 desde no sé hacerlo a sé hacerlo pero no lo aplico, lo aplico ocasionalmente y lo he integrado, el resultado promedio fue 7.1, “Una nota por encima de 7.5 se refiere a una habilidad que tengo incorporada en el día a día”, define el profesor. Es decir que la mayoría de los directivos están aún explorando esas habilidades para aplicarlas en su rutina. De las 39 habilidades estudiadas, 15 de ellas están incorporadas en el día a día de los directivos, mientras que otras 8 habilidades no se aplican nunca. A nivel de ámbito de aplicación, se mantiene el patrón respecto a que los profesionales tienen más desarrolladas las habilidades que aplican individualmente por encima de las que usan con equipo, entorno y organización.
Qué es la resiliencia digital
La que nos permite gestionar nuestra motivación en el trabajo, el equilibrio personal/laboral, el estrés y la interacción emocional con el mundo digital. Si clasificamos las habilidades por familias, estas estarían dentro de compromiso y bienestar. La encuesta constata un aumento importante de la puesta en marcha de herramientas, políticas, hábitos y comportamientos relacionados con este ámbito, al igual que la adopción de habilidades relacionadas con saber aprovechar el entorno digital para el desarrollo profesional (familia conocimiento y aprendizaje). En el caso liderazgo y comunicación, la mejora es muy considerable, al igual que las habilidades relacionadas con la productividad y la seguridad, es decir, las relacionadas con planificación, agilidad y eficiencia. Quedan pendientes las habilidades relacionadas con marca y prestigio, así como el desarrollo de habilidades estratégicas y críticas para mejorar la oferta de las organizaciones, nuevos modelos de negocio y visión de futuro. Es decir que las habilidades relacionadas con la creatividad y la innovación, los productos y servicios marcan aún la gran oportunidad de crecimiento en el ámbito digital.
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