Estas organizaciones entienden que esta pretensión es un “claro e intolerable atropello al libre ejercicio del periodismo”. Reivindican la labor periodística y recuerdan que las fuentes pueden negarse a responder a las preguntas . Sin embargo, no pueden decidir quién puede preguntarles y qué preguntas debe hacerles.
Recuerdan también el Código Deontológico y la labor del periodista, quien “reconocerá y respetará a las personas físicas y jurídicas su derecho a no proporcionar información, ni a responder a las preguntas que se les formulen, sin perjuicio del deber profesional de atender el derecho de información de los ciudadanos”.