Pero… ¿Qué tan sostenible será para el cine una vez termine la pandemia?
La industria cinematográfica, a diferencia de la musical, ya estaba conviviendo con éxito en las plataformas online. En el caso de Filmin (España) han trabajado de manera funcional con proyecciones presenciales y en su página web, por lo que se encontraron en una posición relativamente tranquila cuando arribó la crisis del coronavirus.
“Hay un dilema importante que nos ha planteado la situación de la pandemia y es la del valor de los contenidos. La mayoría de las páginas ofrecen un precio bastante accesible (€ 7 u € 8) para acceder a un montón de películas, lo cual hace que sea complicado obtener un retorno económico. Antes estos contenidos pasaban semanas en el cine y luego llegaban a internet; ahora no es así, por lo que para las productoras es difícil sacar beneficios”, comenta Jaume Ripoll (cofundador de Filmin) en el evento Mobile Week.
Los servicios de streaming han sido un salvavidas para el cine, permitiendo que muchas producciones puedan salir a la luz y, a su vez, evitando pérdidas importantes en recaudación. Sin embargo, la saturación de los últimos meses y los costos extras por ciertas películas importantes, han llevado a los usuarios a limitarse con el contenido básico de estas páginas.
“La barrera de los precios es una cuestión con la que debemos seguir lidiando en los próximos meses. Hay muchos filmes en nuestra página que están en alquiler con un precio extra, pero esto representa un problema porque los suscriptores no quieren pagar esa cantidad por más baja que sea”, asegura Ripoll.
De igual manera, esas situaciones también lo sufren los gigantes del entretenimiento, como por ejemplo Disney+. La plataforma del ratón se ha visto forzada a llevar sus grandes estrenos al formato online con la condición de que las personas suscritas paguen por el Acceso Premium. Raya y el Último Dragón (2021) son el caso más cercano, en donde los usuarios deben gastar € 21,99 para ver la película en casa.
Punto intermedio
Pese al complejo momento que vive la industria fílmica, Jaume Ripoll afirma que “es posible trabajar de forma híbrida, porque la experiencia de ir a una sala de cine o estar en tu hogar son totalmente complementarias. Lo mejor es evitar esa visión reduccionista”. Asimismo, manifiesta que “los mayores beneficiados de esta alianza pueden ser los festivales de cine”.
Un montón de festivales y premiaciones tuvieron que celebrarse con directos en internet. La mayoría de estos streamings arrojaron cifras realmente impactantes, porque se trata de un tipo de cine al que no es fácil de acceder por su escasa distribución en las salas convencionales. Así que se abre una ventana de posibilidades para estos eventos y para las personas que buscan disfrutar del cine cómodamente.