En su primer mes de operaciones en Madrid, se han realizado envíos a Majadahonda, Las Rozas, Pozuelo, San Sebastián de los Reyes, Alcobendas y Alcorcón en la misma franja de tiempo que al centro de la ciudad.
La plataforma funciona con el modelo de ‘crowdshipping’, una rama de la economía colaborativa aplicada a la mensajería que consiste en aprovechar el viaje de una persona para que lleve un paquete a otra que se encuentra en su camino.
La demanda de las entregas a domicilio ha experimentado un auge sin precedentes tras la pandemia, impulsada por el auge del e-commerce. Sin embargo, la disponibilidad y, sobre todo, la flexibilidad de horarios no suele ser equivalente en el centro de las ciudades y en el resto del área metropolitana.
Este desfase se debe a que disponer de un sistema de delivery propio supone un alto coste para las empresas, que rentabilizan ese gasto concentrando los esfuerzos en las zonas con mayor densidad de población.
El modelo de Shopopop, basado en la economía colaborativa, elimina dichos costes y ayuda a equilibrar la situación. Fundada en 2016 en Nantes (Francia), Shopopop ha desarrollado la red logística más extensa de Francia en menos de cinco años. Su modelo está basado en el ‘crowdshipping’, una rama de la economía colaborativa aplicada a la mensajería que consiste en aprovechar el viaje de una persona para que lleve un paquete a otra que se encuentra en su camino. Su servicio de entrega se apoya en una comunidad de repartidores privados, los Shoppers, ciudadanos que aprovechan sus viajes diarios para repartir productos a domicilio desde los puntos de venta asociados con la plataforma y reciben una compensación económica a cambio.
"Nuestra misión es conseguir que las entregas a domicilio sean más rápidas y flexibles para los ciudadanos, más asequibles para las empresas y más sostenibles para el medioambiente” ha explicado Clara Lloveres, Country Manager de Shopopop en España. “En Francia hemos visto que el beneficio de la entrega colaborativa es especialmente notable en las zonas periféricas de las ciudades, donde las franjas horarias y los tiempos son, por norma, mucho menos flexibles que en las ciudades”.