En 2020, se efectuaron 90.416 matrimonios en España, un 45,07% menos que en 2019, cuando se celebraron 130.000 casamientos. Las cifras han ido disminuyendo de forma permanente. Desde 1981 a 2020, los curas y los notarios dicen un 55,24% menos “los declaro marido y mujer”, según el Instituto Nacional de Estadística. La tendencia parece irreversible y los negocios empiezan a tejer sus estrategias alrededor de esos resultados.
Javier García, socio de Despedidasbig.com, cuenta que cada año se realizan más “despedidas de casada”, entre 5 a 10 fiestas de este tipo son organizadas cada mes por amigos o incluso hijos de los propios divorciados. Los precios van desde los € 25 hasta los € 94 por persona, si decides escoger un pack, entre los que se incluyen, fiesta en barco, cena temática, y demás propuestas. Por supuesto, sin que falte la petición principal: show de stripper, que cuesta al menos unos € 150 por 20 minutos de espectáculo.
Para Yumary Guerra, sexóloga y psicoterapeuta de pareja, el aumento de este tipo de celebraciones se debe al cambio del ámbito privado al público en todas las áreas de la vida: “La exposición de nuestra vida emocional está cada vez más modulada por la mirada de un tercero. Definitivamente creo que la privacidad es un elemento importante y en la vida en general la única mirada relevante debe ser la nuestra, sin embargo, estoy convencida que este tipo de celebraciones han llegado para quedarse”.
Los divorcios no tienen que ser necesariamente traumáticos, según la experta. “Se pasa de la separación a la celebración cuando definitivamente experimentamos alivio de la finalización del vínculo. Es muy similar a cuando tenemos un ser querido sufriendo la agonía de una enfermedad tormentosa y decimos a pesar de su deceso: ‘Finalmente ya descansó’”.