El Clúster Vitivinícola Català, INNOVI, ha puesto en marcha un nuevo proyecto basado en el uso de tecnologías como el big data, el IoT, la sensoria embebida y el cloud computing, en la maquinaria de subsuelo y labrada para reducir costes y minimizar las emisiones de CO 2.
Con este proceso se pretende facilitar la labor de detección de compactación del suelo con la introducción de sensores en la maquinaria existente que todavía debe amortizarse y que supuso un alto coste cuando se compró. De esta forma, se evita la realización de pruebas específicas de compactación que representan un sobrecoste a viticultores y bodegas.
El proyecto 'Digitalización y Sensorización de Maquinaria Existente' (DiSMEX) ha contado con el apoyo de ACCIÓ, por medio de una ayuda de € 40.000 de la línea de Iniciativas de Refuerzo de la Competitividad (IRC).
La primera aplicación de esta iniciativa se ha realizado en la finca Jean Leon, en el Penedès, que ha proporcionado los viñales para el estudio. Por otro lado, el Grupo Estel a través de su herramienta WAATIC, dedicada a la aplicación inteligente de productos fitosanitarios, ha introducido los sensores en la maquinaria, siendo la empresa E-stratos la responsable de analizar e interpretar los datos obtenidos para su traslado a mapas de fácil lectura.
Según Eloi Montcada, cluster manager de INNOVI, “la compactación del suelo limita mucho la rentabilidad del cultivo, ya que cuanto más compacto, menos cantidad y calidad de la uva”. Además, asegura que a lo largo de un año “hay que realizar pruebas específicas para detectar esta compactación, puesto que aparte de dos o tres labradas al año, las actuaciones de los tractores pueden llegar a superar las 25 intervenciones. Este hecho aplica demasiada presión al suelo y medirlo conlleva tiempo, recursos y generar emisiones de CO 2 complementarias”.
Con el proyecto DiSMEX, las pasadas por el viñedo se pueden reducir, de modo que a la vez que haces comprobaciones de la compactación del suelo para saber dónde actuar y qué presión aplicar en cada zona, al mismo tiempo que recoges datos para realizar el mapeo digital de todo el viñedo. Todo esto, sin añadir emisiones de CO 2 ”, explica Montcada.
El cluster manager de INNOVI también destaca el ahorro que se consigue al modernizar la maquinaria con sensores de un coste reducido que no supera los € 1.500, “con los medios tradicionales como el barrenado del terreno, por unas instalaciones de una media de 25 hectáreas, esto puede suponer un coste superior a € 5.000 anuales que, con la aplicación de esta nueva tecnología, se puede prácticamente eliminar”.