El polémico Nutri-Score: sensatez epidemiológica y defensa de la salud pública

(Por Clara Gómez Donoso, Universidad de Navarra; Maira Bes-Rastrollo, Universidad de Navarra y Miguel A. Martínez González, Universidad de NavarraEn algunas redes sociales han surgido polémicas, a menudo polarizantes, sobre el etiquetado frontal de alimentos Nutri-Score. Por un lado, tienen razón quienes abogan por perfeccionarlo para que defienda y favorezca el consumo de alimentos de acuerdo a la evidencia científica, como el aceite de oliva, y de otros que no necesitan etiqueta porque no están procesados.

Pero tampoco se puede obviar el respaldo científico que múltiples estudios epidemiológicos a largo plazo y rigurosamente diseñados otorgan al sistema de puntuación en el que se basa Nutri-Score.

¿Cómo funciona este semáforo nutricional?

Nutri-Score asigna puntos según la composición química nutricional (por 100 g o 100 ml de producto) y contabiliza tanto los elementos desfavorables (calorías, azúcar, grasas saturadas y sodio) como los saludables (fibra, proteínas, frutas, verduras, legumbres, frutos secos y aceite de oliva). La puntuación final corresponde a 5 colores y 5 letras, desde la A, que es la mejor (verde oscuro) a la E, que es la peor (rojo intenso).

Con este “semáforo” consigue complementar los datos obligatorios de los envases actuales. Y lo hace aportando información simplificada y comprensible para facilitar decisiones libres y saludables en la compra.

Más allá de los desacuerdos técnicos sobre sus cálculos –que deben mejorarse, y se está en ello– la evidencia científica apoya el sistema Nutri-Score, al observarse una relación con la prevención de enfermedades crónicas y la reducción de mortalidad prematura. Pero esto no significa que sea perfecto, ni mucho menos.

¿Qué tiene que ver la epidemiología con Nutri-Score?

La epidemiología –-hoy de moda-– no es el mero estudio de las epidemias. Es la ciencia de los porqués en salud y enfermedad a nivel poblacional. Se ha erigido como la mejor herramienta de la salud pública y el mejor antídoto contra la pseudociencia, tan abundante en nutrición.

La finalidad de la salud pública es curar sociedades enfermas. Y eso parte de identificar, con buena epidemiología, los determinantes de la salud. Un determinante principal es el patrón alimentario, que, además, es modificable.

La epidemiología nutricional constituye la principal base de los conocimientos actuales sobre alimentación y salud. Se trata de identificar los elementos de la dieta que se asocian a largo plazo con un mayor o menor riesgo de enfermedad. Y suele basarse en los llamados “estudios observacionales de cohortes”, que son los más fiables porque llevan a cabo un seguimiento prolongado de muchos miles de participantes.

Al respecto, hay que tener en cuenta que la calidad de estas cohortes depende de la fidelización de sus voluntarios, para que no haya excesivas pérdidas de participantes durante el seguimiento. La opción que mejor funciona es escoger personas con alto grado de motivación y compromiso para permanecer en la cohorte. Por ejemplo, cohortes de médicos varones o de enfermeras.

Esta particularidad no convierte estos estudios en investigaciones ‘elitistas’. De hecho, son las fuentes científicas que más conocimientos han aportado a la medicina preventiva. Al restringir la participación, se incrementa la claridad y la validez de sus aportaciones, y se previenen distorsiones matemáticamente intratables por diferencias de nivel educativo u otros factores.

Con este tipo de cohortes se extrajo la evidencia científica que estableció la relación causal del tabaco en el cáncer de pulmón, de suma importancia.

Huelga decir que las cohortes serían inviables si los gobiernos negasen a los epidemiólogos el acceso a fuentes de información como el índice nacional de defunciones, que informa con máxima confidencialidad sobre el estado vital de participantes a los que no se pudo localizar.

Pues bien, volviendo a NutriScore, el proyecto SUN (Seguimiento Universidad de Navarra), que reúne 23 000 voluntarias y voluntarios de toda España con título universitario, observó que quienes consumían alimentos con peores puntuaciones tenían más riesgo de mortalidad prematura. Estos resultados han sido elegantemente replicados recientemente por otra cohorte española independiente.

Los “malos” son los ultraprocesados

Más allá del Nutri-Score, el peligro sanitario actualmente más grave en el ámbito alimentario son los productos ultraprocesados. Según la clasificación NOVA, múltiples cohortes han mostrado que el consumo de ultraprocesados eleva el riesgo de enfermedades crónicas y la mortalidad prematura. Están cargados de aditivos, siempre llevan etiqueta, y no se reconoce en ellos el alimento original.

Desgraciadamente, llenan cada vez más nuestros supermercados. De estos ultraprocesados (“los más malos de los malos”) se habla ampliamente en el libro ¿QUÉ COMES? (Planeta, 2020). Lo más crucial es priorizar los alimentos naturales, no procesados o mínimamente procesados, que son la base de la dieta mediterránea tradicional.

Este concepto debería integrarse mucho mejor en el Nutri-Score. Y muy especialmente, Nutri-Score debería dar al aceite de oliva la prioridad sobradamente reconocida por la mejor ciencia epidemiológica, incluyendo los resultados del mayor ensayo disponible (PREDIMED) y los de la cohorte SUN sobre el propio Nutri-Score.

Nadie es tan crítico ante una investigación epidemiológica como un epidemiólogo. Solo tras ver que los resultados iniciales se acaban replicando una y otra vez en estudios independientes se difumina el escepticismo. Resulta importante explicar –-divulgar–- cómo funciona Nutri-Score y cuáles son sus limitaciones, sin necesidad de desacreditar ni descalificar destructivamente el sistema.

Es patente que hay que mejorarlo aprovechando la unión de fuerzas entre investigadores, profesionales sanitarios, medios de comunicación y colectivos civiles. Sería bueno arrimar todos el hombro, sin posturas atrincheradas, y llegar a un acuerdo basado en la mejor epidemiología y en defensa de la salud pública. Al fin y al cabo, reforzar las políticas alimentarias está en el interés de todos.

Clara Gómez Donoso, Investigadora en epidemiología nutricional y salud pública, Universidad de Navarra; Maira Bes-Rastrollo, Catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública, Universidad de Navarra y Miguel A. Martínez González, Catedrático de Salud Pública, Universidad de Navarra

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

The Conversation Artículo en formato HTML

Solo 1 de cada 4 profesionales disfruta de la celebración de Navidad corporativa, mientras que la Gen Z impulsa el cambio de formato

El final de año activa las tradicionales cenas corporativas de Navidad, pero estas están cambiando. Según la encuesta de Hays realizada a más de 700 personas, la mitad de los empleados en España se muestra indiferente ante las iniciativas navideñas de su empresa; solo un 26% se siente motivado y un 25% percibe estrés o agobio. Los datos del líder global en selección y soluciones de recursos humanos muestran que el desafío no es celebrar, sino diseñar experiencias con valor real. Asimismo, la llegada de la Gen Z al mercado laboral está acelerando esta transformación, impulsando formatos más auténticos, flexibles y alineados con sus expectativas.

La Agencia Catalana del Consumo y los Gremios de Comercio, Servicios y Turismo cooperarán para consolidar la confianza en el comercio de proximidad

El director de la Agencia Catalana del Consumo (Departamento de Empresa y Trabajo), Isidor Garcia Sanchez, y el presidente del Consejo de Gremios de Comercio, Servicios y Turismo, Joan Manel Guillén Espín, han firmado un convenio de colaboración entre ambos organismos, con el fin de acompañar a las empresas en procesos de mejora de la calidad y la atención a las personas consumidoras.

Así utilizarán la inteligencia artificial las marcas de moda en 2026

La inteligencia artificial ha pasado en pocos años de ser un experimento en laboratorios de innovación a convertirse en una de las grandes palancas de crecimiento del sector moda. Se prevé que la IA generativa será prioritaria para la mayoría de los directivos del sector y que las marcas que la integren de forma estratégica serán las que ganen en eficiencia, crecimiento y fidelización.