Los remakes han ido llenando las pantallas, incluso las del cine español, con historias que parecen innovadoras pero que en realidad fueron éxito en otros países, como es el caso de “Padre no hay más que uno” de Santiago Segura, que en realidad es una versión de la comedia argentina “Mamá se fue de viaje”.
Atentos a esto el Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales ha querido incentivar la realización de ideas originales en España y ha establecido bonificaciones para aquellos productores que quieran poner en curso algo más que un remake. Los guionistas destacan que tienen más capacidades que la de hacer adaptaciones. Sin embargo, los cineastas deben tener en cuenta que al final el cine es también un negocio, ¿realmente les vale apostar por nuevas ideas?
Luis Bond Álvarez, director, guionista y crítico cinematográfico, afirma que los productores de cine parecen querer ir sobre seguros: “Un remake casi garantiza un mínimo de taquilla: tanto por el ‘morbo’ de los que vieron la original (que entran a la sala predispuestos, solo para confirmar que esta nueva versión no sirve), como por aquellos que la conocen de referencia y se acercan a esta ‘a ver qué tal’”.
La falta de creatividad en la industria no parece ser una opción. El aumento de contenido en streaming es cada vez más notable. Además, se confirma que la nostalgia se ha puesto de moda y reavivar los recuerdos nunca había sido tan bueno. “La nostalgia se ha vuelto la ‘moneda en curso’ en los últimos tiempos. La generación de los años 80 y 70 podría encontrarse en su etapa más productiva a nivel económico, además de tener hijos que están en edades parecidas a las que ellos estaban cuando salieron estos títulos que marcaron sus vidas. De esta forma el padre va al cine y lleva a sus hijos para revivir la nostalgia, así se unen generaciones y se crean potenciales ‘fans’”, explica Luis.
Hay que agregar que, aunque los remakes han existido desde hace muchos años, hay obras que realmente no necesitan versionarse. “Sería un despropósito que, por ejemplo, Picasso hiciera un remake de La Gioconda de Da Vinci, cada autor tiene un estilo diferente y la aproximación no aportaría nada nuevo -ni bueno- a la obra. Lo mismo pasa con películas que han marcado un hito en la historia del cine o que fueron filmadas por directores de culto”, comenta el especialista. Para los estudiosos del tema, un buen remake no es aquel que emula exactamente a la original, sino el que respeta su esencia, pero sabe darle un vuelco innovador a la trama.