David Daneshgar, exitoso jugador de póker, consiguió financiar Bloomnation gracias a sus “buenas manos” con los naipes. Una experiencia de la que también tomó buena nota para conformar unas lecciones básicas en el mundo de los negocios.
Este emprendedor, que puede presumir de haber ganador el prestigioso World Series of Poker en 2008, consiguió levantar un negocio valorado actualmente en 1,7 millones de dólares con solo el dinero del premio.
Ahora bien, el caso de David Daneshgar no es único entre los jugadores de este juego de naipes. Entonces, ¿qué lecciones enseña el póker a los empresarios para que cuaje un binomio tan rentable?
No hay que ser codicioso: debes conocer bien tu límite y medir el coste de oportunidad
Tanto el límite financiero como de tiempo para jugar una mano son determinantes, bien porque te puedes exponer demasiado y quedar fuera de la partida, en el caso del dinero, o porque podrías exponer tus dudas o dar pistas de tus debilidades durante un juego.
Y es que, al igual que ocurre en el mundo de los negocios y de las finanzas, asumir un mayor riesgo suele ser una estrategia perdedora.
En cuanto al coste de oportunidad, una retirada a tiempo con una mala mano (y a veces con buena) puede significar una jugada ganadora aunque no lo parezca para muchos otros jugadores.
Nadie juega para pasar el rato
Por muy simpático que sean los competidores en el póker y en los negocios, todos quieren ganar de manera independiente.
Esto podría ser relacionado con el personal, cercano con la administración de fondos o algo más. De cualquier manera, usted no puede jugar bien asumiendo que estarán ahí para usted.
Probabilidad y contar las cartas
Aunque el póker no es el blackjack, en el que se puede tener cierto control si se es capaz de contar las cartas, lo cierto es que la probabilidad juega un papel fundamental. Aunque hay una gran cantidad de cartas que no se pueden ver, el propio reparto de los naipes está sujeto a una probabilidad condicionada que beneficia a los primeros que reciben la mano.
Sin duda, esto condiciona cada movimiento en función de lo ventajosa (o no) de la posición en la mesa de cada jugador y de las cartas descubiertas en cada ronda. A lo que se le suma la dificultad de cada combinación.
Trasladado al ámbito empresarial, cuando una empresa (startup, por ejemplo), trata de reunir capital, siempre atiende primero a su círculo cercano. Si este se muestra reacio, lo más seguro es que a medida que encuentre otros potenciales inversores con menos relación su probabilidad de encontrar apoyo se reduzca.
No deje un juego ganador
Tener una mano perfecta a veces puede ser tan contraproducente como tener las manos vacías. Por ello, siempre hay que valorar las posibles combinaciones, especialmente porque las partidas de póker son largas y no siempre los rivales van a tener manos prodigiosas.
A veces, con naipes discretos se pueden conseguir buenos resultados, pero eso no significa que se deba siempre apurar el límite. De hecho, los jugadores profesionales inciden en que si el juego va bien, lo mejor es seguir jugando con cabeza.
En los negocios ocurre algo similar, el aburrimiento, un desacuerdo o un problema transitorio no debe desalentar una idea excelente y que está en pleno crecimiento.
La importancia del largo plazo
El eminente economista J.M. Keynes sostenía que a “largo plazo todos estamos muertos”; pero a diferencia de otras corrientes económicas, nunca le dio un valor importante a la inversión, que se ve beneficiada en periodos largos de tiempo.
Es por ello que aunque tengas una pequeña mala racha, no debes desalentarte, tanto en los negocios como en los naipes.
Una retirada a tiempo es una victoria: renuncia mientras tomes buenas decisiones
El hambre, el cansancio, el sueño e incluso cuando la salud se resiente, aunque sea por un leve resfriado, el buen juicio que puedes tener en condiciones normales, desaparece, por lo que no es el mejor momento para tomar decisiones importantes o jugar manos complicadas.
En estos casos, lo mejor es levantarse de la mesa.
No debes enamorarte de ideas o de cartas
Los jugadores profesionales de póker saben que no deben enamorarse de una mano, pues a medida que se descubren nuevas cartas, las combinaciones pueden ser desastrosas. De cara a los negocios, especialmente entre los emprendedores, aunque la idea parezca rompedora, si no despega en un cierto periodo de tiempo, debe ser desechada.
Jugar sólo cuando comprendas todas las reglas
La primera regla de Warren Buffet a la hora de invertir es conocer en lo que se deposita el dinero. Algo que parece de sentido común, no siempre se cumple. Este ejemplo, que se puede observar también entre los que saben jugar al ajedrez o solo mover las piezas, se extrapola al póker y la creación de empresas.
Si no comprendes la industria o los procesos que debes seguir, el fracaso es el desenlace más probable.
Sigue estudiando para mejorar
No solo estar al tanto de lo que ocurre es vital, sino aprender de manera permanente, desde nuevas estrategias hasta de los competidores que surjan y de los ya establecidos es vital para acumular esa información que marca la diferencia.
Asimismo, rodearse de gente con talento o asistir a conferencias de otros expertos también puede ayudarte a expandir tus conocimientos.
Elige la mesa adecuada
Este detalle marca una elección crucial para cualquier negociación. Y es que si por mesa entendemos una industria, puede ser el mayor motivo del éxito o del fracaso del proyecto. Para ello hay que considerar la competencia además del público o las oportunidades.
Sé paciente
Un jugador profesional de póker y un empresario de éxito no suelen tirarse faroles; pero aún es más raro que se precipiten, por mucho que la idea o la mano les entusiasme.
Y es que en los negocios se suele decir que el que habla primero pierde. Tan extendido está este hecho que un dicho popular recalca que en un mercado se cruzan de bruces un hombre que vende una vaca y otro que la quiere comprar; perdió el que habló en primer lugar.