Creado y dirigido por Diqui James, Fuerza Bruta Wayra llega a Barcelona es una experiencia teatral dinámica e inmersiva que utiliza todos los medios imaginables para sorprender la sensibilidad del espectador, llevándolo a un universo desconocido de nuevas sensaciones. Un espacio donde la velocidad de los estímulos recibidos supera las expectativas del público más exigente y donde este se entrega participando de un mundo artístico percibido como una realidad paralela.
Clasificada por la revista Variety como "una noche de sensaciones asombrosas”, Fuerza Bruta Wayra es una obra que despierta todos los sentidos. Durante la función, el público se sumerge en un espectáculo 360° con efectos visuales alucinantes: un hombre en una gigante cinta de correr, atravesando una serie de paredes móviles; intérpretes en suspensión en el aire; y bailarinas y bailarines danzando sobre las cabezas del público. De hecho, en Fuerza Bruta Wayra, no hay “arriba” ni “abajo”, solo acción, pura acción.
Además, la función de los sábados será una experiencia aún más especial: se trata de un pase exclusivo para mayores de 18 años que incluye un Live Night, es decir, un post show festivo con toda la energía de Fuerza Bruta Wayra.
Fuerza Bruta, un lenguaje teatral en continua innovación
El proyecto Fuerza Bruta nació en 2003, como parte de la compañía De La Guarda. Diqui James, uno de los fundadores, y Gaby Kerpel, el compositor musical del grupo, se unieron y comenzaron a entrenar. Posteriormente, Alejandro García, en la dirección técnica, y Fábio D'Aquila, como coordinador general -ambos ex miembros de De La Guarda-, se unieron a la apuesta. Desde entonces, Fuerza Bruta se ha convertido en todo un fenómeno internacional y sigue manteniendo la creatividad, la innovación y la experimentación como sus prioridades, integrándolas con maestría.
Tras 9 años seguidos en el off-Broadway, Fuerza Bruta Wayra fue vista por más de 900.000 personas en Nueva York. “Afortunadamente, para los jóvenes, el espectáculo ofrece una abundancia de deslumbrantes placeres teatrales y sensoriales”, dijo Frank Scheck, crítico del New York Post.