Para incidir con su objetivo de concienciación, Too Good To Go, compañía de impacto social responsable de la mayor app en el mundo para salvar el excedente de comida de miles de establecimientos y luchar contra el desperdicio alimentario, ha llevado a cabo un estudio junto con la consultora social, 21 gramos, sobre la percepción de los ciudadanos con respecto al desperdicio de alimentos.
Este informe revela que el 73% de los consumidores españoles está muy preocupado por el desperdicio de alimentos y es algo que les hace sentir mal. Pero, ¿cuáles son las razones por las que les preocupa? En primer lugar por el impacto que supone a nivel económico, seguido de una cuestión ética y social y por el impacto medioambiental en este orden. De hecho un 65% de los consumidores piensa en las consecuencias que tiene para el planeta cuando tira comida.
La directora de Too Good To Go en España, Marie Lindström, recuerda la importancia de las consecuencias medioambientales que tiene el desperdicio. “Es responsable de hasta el 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Además, cuando se desperdicia un alimento se están tirando también los recursos empleados para su producción como el agua, la tierra o la energía. Por ello, cada comida que no se desperdicia marca la diferencia, porque no solo se ahorra dinero sino al mismo tiempo se está cuidando el planeta”.
Otro de los datos del estudio, es que además de estar preocupados, los ciudadanos asumen que son ellos mismos los principales responsables del desperdicio alimentario, señala el 75% de los encuestados, colocándose a sí mismos por delante del sector HORECA (72%) y las grandes superficies (71%).
Con respecto a las principales causas por las que se desperdicia comida, los consumidores destacan en este estudio tres razones fundamentales: la forma de planificar y hacer la compra; cómo se organizan y almacenan los alimentos en la despensa o en la nevera, y, por último, la elaboración o cocinado de los alimentos para aprovecharlos al máximo. Además, a estos motivos, se suma el desconocimiento sobre la diferencia entre la fecha de caducidad de los productos y la de consumo preferente.
Cómo se hace la compra
Alimentos que entren por el ojo: un 81% reconoce que el aspecto de los productos- en especial los frescos- determina su elección. De tal manera que no se adquieren productos considerados “feos” aunque posean la misma calidad.
Dejarse llevar por las ofertas: un 49% de los ciudadanos es “adicto” a las ofertas del punto de venta. Pero la realidad es que el 36% de los encuestados asegura que los packs de formato ahorro/ familiar dificultan que se consuma todo el pack y se acaba desperdiciando comida.
Compra “sin cabeza”: el 26% de los consumidores señala que compra por impulso, sin planificar y hay un 21% que utiliza la fórmula “por si acaso”, lo que suele implicar que esos alimentos se acaban transformando en desperdicio.
Según explica Cristina Ferrer, experta en organización de cocina y batch cooking, “es importante tener siempre una lista de la compra en la que apuntaremos qué necesitamos comprar después de haber revisado la despensa, la nevera y el congelador por si podemos aprovechar algún ingrediente. De no ser así, si compramos ingredientes que no tienen un plan de cocinado, es más probable que acaben en la basura”.
La organización de la despensa/nevera
El 43% reconoce que no invierte tiempo en el almacenamiento y casi un 50% indica que no cuenta con información sobre la conservación óptima de los alimentos. La forma en la que se organizan los productos en nuestro hogar también ayuda a no desperdiciar. Cristina Ferrer señala como claves: “retirar los embalajes para ver mejor el producto; organizar por temáticas; usar etiquetas con avisos de próxima caducidad y asegurarnos de que los productos se vean porque si no se ven, no se usan”.
Cocinado anti desperdicio
En cuanto al momento de cocinado se refiere, el 30% de los consumidores encuestados reconoce que no sabe calcular eficientemente las cantidades de comida que elaboran, provocando así un desperdicio constante de alimentos. Además,
el 31% de los encuestados dice que tiene pocas habilidades en la cocina que le permitan un mejor aprovechamiento de los alimentos y el 26% asegura que no cuenta con el tiempo necesario para cocinar y, por lo tanto, se estropean muchos productos. En este sentido, Ferrer comenta que “el batch cooking es una técnica útil. Consiste en dedicar un día de la semana a cocinar y preparar distintas elaboraciones que luego podrás combinar a lo largo de la semana sin cocinar apenas el resto del tiempo. Podemos elaborar un montón de recetas que luego se pueden distribuir durante la semana combinando con una ensalada o una crema de verduras. Por ejemplo, unas albóndigas cocinadas las pueden preparar estilo falafel, o combinarlas con un poco de pasta y salsa de tomate para spaghetti. Es importante tener ya cocinada la base y luego completar con productos hechos en el momento”.
Fecha de consumo preferente y de caducidad
Por último, mientras que el 81% de los consumidores asegura saber la diferencia entre la fecha de consumo preferente y de caducidad, aún sigue habiendo un 19% que lo desconoce. En este sentido desde Too Good To Go recuerdan que la fecha de consumo preferente es un indicador de calidad organoléptica, de tal manera que una vez vencida esta fecha, si se han seguido las instrucciones de conservación y al abrirlo tiene buen aspecto, olor y sabor, se puede consumir y se reduce así el desperdicio. Es por ello que Too Good To Go lanzó la etiqueta “Mira, Huele, Prueba”. Se trata de una etiqueta con un pictograma de un ojo, una nariz y una boca que se incorpora a los envases de productos con fecha de consumo preferente para recordar a los consumidores que usen y confíen en sus sentidos para comprobar si un alimento cuya fecha ha vencido sigue en buen estado antes de tirarlo de manera innecesaria. Este distintivo ya está presente en España en más de 1.200 referencias de alimentación de 40 marcas alimentarias de gran consumo y tiene la misión de sensibilizar y empoderar a los consumidores en torno a este problema.