Estos espacios deben facilitar el intercambio de conocimiento e ideas, que favorecen los encuentros casuales entre colegas de diferentes equipos de trabajo, que incentivan la socialización intergeneracional y que permiten disfrutar de momentos de desconexión para inspirarse o relajarse.
Este tipo de espacios reflejan una evolución hacia espacios de trabajo más humanizados, relajados y flexibles, que van más allá del entorno tradicional de la oficina para abrazar otras ubicaciones, ya sea en el hogar o en entornos híbridos. Unos espacios que se benefician de la versatilidad, fluidez y, sobre todo, el confort.
La función crea el espacio
En un entorno laboral cada vez más ruidoso e hiperconectado, donde el modelo híbrido cada vez predomina más, las oficinas deben ofrecer espacios de concentración donde centrar toda la atención en una tarea, mantener conversaciones privadas, trabajar en la redacción o lectura de documentos importantes y donde disfrutar de momentos de aislamiento y soledad. La disposición estratégica del mobiliario permite crear áreas privadas o semiprivadas, promoviendo la concentración y minimizando las distracciones visuales. Zonas dotadas de sistemas de fono absorbencia, que potencian la productividad, el bienestar y el equilibrio mental.
En paralelo, la oficina productiva debe disponer de espacios de colaboración, agradables, amplios, luminosos y bien equipados, que favorezcan la comunicación donde los profesionales puedan desempeñar su función de manera autónoma, individual o en equipo. Su objetivo es impulsar el talento, favoreciendo la creatividad y mejorando la comunicación y la cohesión del equipo, aumentando la productividad y desarrollando habilidades interpersonales. Además, estos espacios reducen el aislamiento, estimulan la transparencia y crean un ambiente motivador. La presencia de luz natural con toques de colores más vibrantes y cálidos pueden añadir vitalidad y energía al espacio, creando ambientes estimulantes y favoreciendo el bienestar emocional de los trabajadores.
Las empresas crecen y se desarrollan en entornos cada vez más colaborativos, y es necesario balancear, con espacios de confidencialidad, la interacción entre los empleados con la protección de la información confidencial y mantener la privacidad. A través de la incorporación de salas privadas, cabinas o elementos divisorios, se logra un equilibrio entre la colaboración y la privacidad, fomentando un ambiente de trabajo eficiente y seguro.
Los espacios de aprendizaje confirman el compromiso de la empresa con la formación continua y el crecimiento profesional de sus empleados, fomentando una cultura enfocada al desarrollo del talento. Áreas flexibles, modulables, capaces de adaptarse a las necesidades del momento y con máxima conectividad, equipadas con mobiliario ligero, duradero y fácilmente apilable.
Un espacio bien diseñado debe incluir espacios de socialización que promuevan las conexiones sociales y los encuentros creativos. El mobiliario soft es fundamental para crear estos espacios de reunión informales donde los empleados pueden relajarse, compartir ideas y conversar de manera más distendida en un ambiente propicio para compartir ideas y generar un ambiente colaborativo.
Un nuevo paradigma: nuevas oportunidades
Este nuevo paradigma laboral está transformando el concepto de espacio, el cual ha dejado de ser el entorno físico que simplemente acogía el mobiliario para los empleados, para convertirse en una palanca estratégica de cambio que permite a las organizaciones alinear sus retos de transformación con la necesidad de bienestar y satisfacción de sus trabajadores.
“Hoy, la industria está comprometida en colaborar estrechamente con todos los profesionales involucrados en un proyecto - arquitectos, constructores, diseñadores de interiores - utilizando materiales reciclados y reciclables, seguros y saludables. Por eso, los materiales y el mobiliario son cada vez más relevantes y deben ser adaptables, flexibles y ajustables para diferentes usos y personas. Esta visión de futuro en el diseño de espacios, que ha sido la piedra angular de la labor de Actiu durante 55 años”, comenta Soletat Berbegal, directora de Marca y consejera de Actiu.
“En esta línea, creamos Cool Working -añade- que es una metodología que hemos desarrollado con el fin de diseñar estos espacios. Un método propio para acompañar a las organizaciones que quieran sumarse al cambio con propuestas que promuevan la creación de espacios más humanos, cómodos y adaptables, donde el bienestar es primordial".
Una metodología que considera al usuario final, como responsable último de la asignación de valor a los productos y servicios presentes en el mercado, como elemento clave de todo proceso de innovación.
Este enfoque parte de la experiencia en diferentes disciplinas que se centran en la usabilidad. (Human Centered Design), en la generación de nuevos productos desde la co-creación y el Design Thinking. Además, utilizando como base la investigación social, Actiu ha seleccionado las herramientas más adecuadas para la participación activa de los usuarios, entendidos como todas aquellas personas que interaccionan con el producto o servicio sobre el que se centra la innovación.