Marmota, la “startup del sueño”, vio la luz en 2016 en Barcelona con el objeto de “actualizar” el mercado del descanso. El envío a domicilio en 24 horas y la prueba gratuita de un colchón de calidad realizado en España durante 100 días, hizo el resto.
Aunque los consumidores prefieren probar físicamente este tipo de productos en el comercio, lo cierto es que nunca se conoce cómo se descansa en un colchón hasta que se prueba. Servicio en el que Marmota no tiene competencia.
Para conseguirlo, Mario Gutiérrez, CEO de la empresa digital barcelonesa, ha tenido que afrontar un reto logístico, no contar con stock ni almacén –al más puro estilo dropshipping, pero con productos propios locales- y “montar” un show room virtual para cortejar a los potenciales compradores. El boca a boca y un simpático anuncio ya se han encargado de llevarlos a la web y dar a conocer la marca.
2020 y COVID-19, los motores que han acelerado varios años la digitalización
Casi cuatro años después de su creación, una pandemia y el cierre del comercio tradicional dejó a Marmota en una posición de fuerza y de utilidad para el usuario a partes iguales. Es por ello que no extraña el gran crecimiento de la startup, alcanzando una facturación de 8 millones de euros y triplicando sus ventas en un solo curso.
Un éxito que su máximo responsable cimenta en 2 pilares: un buen equipo y priorizar el buen servicio al cliente.
De cara a 2021, el objetivo de la compañía es “seguir haciendo felices a los consumidores a través de un mejor descanso”, según Mario Gutiérrez. “Esperamos seguir creciendo igual o más que este año, poniendo en práctica todos los aprendizajes que hemos extraído de 2020, así como nuevas ideas y estrategias de negocio que ya tenemos en camino”, agrega el empresario.
Una idea que nace de un ‘sueño’ revolucionario
Este “sector tradicional necesitaba ser renovado”, confiesa Mario Gutiérrez. “El sector precisaba que todo el mundo pudiera tener acceso a un buen descanso, de forma fácil y rápida sin intermediarios, y con la mayor transparencia, honestidad y frescura posibles”, agrega el emprendedor.
Desde Marmota afirman que no se comercializan las devoluciones. En vez de ello, se envían de regreso a la fábrica para descomponer los materiales y reciclarlos o reutilizarlos en otros procesos productivos.
Asimismo, la startup ha llevado a cabo un estudio junto a la Unidad del Sueño del Hospital de Zaragoza para poner a prueba la calidad de sus colchones. Para ello se contó con 29 parejas que probaron durante 4 semanas el producto de Marmota tras haber dormido previamente en colchones de otras marcas.
En todos los casos se determinó que tanto la duración del sueño como su calidad se incrementó. Paralelamente, la disfunción diurna había disminuido de forma drástica.