La compañía facturó 41.677 millones de euros, un 1,3% menos, si bien sí avanzó un 2% en datos orgánicos. Por desglose, los ingresos procedentes de la división de moda y marroquinería cayeron un 1,8%, hasta los 20.711 millones de euros, mientras que los del comercio minorista selectivo se ampliaron en un 3,3%, hasta los 8.632 millones de euros.
La facturación de la rama de joyas y relojería cedió un 5,1%, hasta los 5.150 millones de euros, al tiempo que la de perfumes y cosméticos se quedó en los 4.136 millones de euros, un 2,6% menos. Por su parte, la cifra de negocio de la división de vinos y bebidas espirituosas se contrajo un 11,8%, hasta los 2.807 millones de euros. Otras actividades menores brindaron 181 millones de euros.
La compañía registró un impacto negativo "sustancial" fruto de fluctuaciones en los tipos de cambio de divisas, especialmente, en cuanto a la unidad de moda y marroquinería, aunque esta consiguió mostrarse "resiliente" gracias a Louis Vuitton y Christian Dior.
En cuanto a la procedencia de los ingresos, se anotaron crecimientos en los mercados europeos y estadounidense, pero la mejora en Japón fue "excepcional" gracias al retorno del turismo chino al país asiático.
Los gastos en los que se incurrieron durante los primeros seis meses del ejercicio ascendieron a 31.024 millones de euros, esto es un 1,2% más en comparativa interanual.
"Los resultados del primer semestre reflejan la notable resistencia de LVMH respaldada por la fuerza de sus casas y la capacidad de reacción de sus equipos en un clima de incertidumbre económica y geopolítica", ha valorado el presidente y consejero delegado de LVMH, Bernard Arnault.
La multinacional francesa se ha mostrado "confiada", pero "vigilante", ante las perspectivas actuales, muy marcadas por su asociación con los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París.