Según el último informe emitido por el Banco Central Europeo y publicado por el Banco de España, el dinero en mano sigue siendo el método preferido de pago. Un 83% de la población sigue usando efectivo aunque su uso ha ido mermando.
La preferencia de pago a través de tarjetas bancarias ha aumentado de 19% a 24%. Además, el pago sin contacto representa el 38% de las compras pagadas con tarjeta. Un total de 40% de los encuestados dijeron que seguirán usando el pago electrónico, aunque la pandemia sea cosa del pasado.
En la última actualización de informes del Banco de España, sobre la retirada de efectivo en cajeros automáticos, refleja una baja de al menos 31%. Mientras que en 2008 se hicieron más de un millardo de operaciones, en 2020 fueron solo 624 millones. Por esta razón, más de 1.000 cajeros han sido cerrados.
Pese a esta tendencia, Ana López, Vicedecana primera del Colegio de Economistas de Madrid, asegura que el efectivo todavía tiene camino por recorrer: “Se ha producido un impulso en el uso de medios de pago electrónicos, de forma que el pago con dinero en efectivo se irá reduciendo, pero no desaparecerá por lo pronto, especialmente en las compras de menor importe”.
¿Cómo funcionan estas teorías trasladadas al día a día del usuario? ¿Hay beneficios por el uso del dinero electrónico? La Vicedecana declara que la mejor manera de ahorrar de forma voluntaria es dejando el dinero depositado en los bancos para que estos generen algún tipo de interés.
Sobre si el uso, o no, del efectivo permite tener mayor conciencia sobre los gastos hay una disyuntiva. “Puede ser que sí, contando que se hace un control y seguimiento de los pagos. Si no es así, puede conducir al efecto contrario, al no tener que limitarse al dinero que se pueda llevar encima en ese momento”.
Lo cierto es que el Banco Central Europeo está planteando la creación de un euro digital que se adapte a operaciones futuras para los usuarios que quieran olvidarse totalmente del efectivo. A mediados de este año podrían hacer su lanzamiento.
“El euro digital seguiría siendo un euro: como los billetes, pero digital. Sería una forma electrónica de dinero emitida por el Eurosistema (el BCE y los bancos centrales nacionales) y accesible a todos los ciudadanos y empresas”, indicó en un comunicado de prensa.