Existen muchas y diversas plataformas en las que poder participar en la vida profesional de aquellos a los que admiramos, desde Twitch (una de las más de moda en la actualidad), pasando por otras como la francesa Tipee, OnlyFans de la que ya se habló en InfoNegocios o la veterana Patreon. Esta última es una de las más elegidas y populares, no en vano lleva en activo desde 2013 cuando Jack Conte y Sam Yam la crearon, casi una década más tarde el sistema cuenta con más de 200 000 creadores y un total de 6 millones de mecenas.
Entre estos miles y miles de autores se encuentran nombres tan relevantes como el de la artista Amarna Miller, la divulgadora de historia del arte Eugenia Tenebaum o el dibujante Nacho Fernández, autor que alcanzó la fama hace tres décadas por Dragon Fall (parodia de Dragon Ball), quien dice que su uso de Patreon es “para tener un cierto apoyo económico por parte de mis seguidores”. Entre sus contenidos más llamativos se encuentran las series de ilustraciones que lleva a cabo, como la que recientemente hizo sobre los personajes de la época clásica de la editorial Bruguera. En los últimos tiempos sus patreons (forma de referirse a los suscriptores en esta plataforma) han aumentado gracias a “la realización de un webcomic exclusivo”, y es que en esta plataforma de micromecenas el contenido propio es el rey. Sí, exactamente igual que en Disney Plus o Netflix, la clave para afianzar seguidores es darles algo que no puedan tener en otro sitio.
Jordi Bayarri, creador de la línea de cómic infantil Científicos (tema tratado en un anterior artículo en esta misma web), sigue una línea de pensamiento similar al comentar que “Decidí que ya había compartido mucho contenido gratuito en Internet y que a partir de ese momento el que quisiera ver mis dibujos y cómics tendría que pagar, aunque fuera una cantidad simbólica”. De hecho, incide en que esto mismo es lo más problemático ya que “Los internautas se han acostumbrado a una infinidad de contenido gratuito en la red, y es muy difícil convencerles de que se apunten a tu Patreon”, pero por eso mismo considera que “el acceder a contenido exclusivo en Patreon les hace sentirse partícipes de algo especial”.
Por su parte Carcayú y Bonoreta, las dos personas detrás del webcómic En pelotas, una serie de viñetas humorísticas sobre el mundo de la pareja y el sexo, todo ello de una forma abierta, divertida y muy sana comenzaron a usar la plataforma por ser “una buena manera de tener el contenido organizado en un mismo sitio, y que me dé dinero”, dice Carcayú, dibujante de las historietas. También apunta que el contenido más demandado son “las fotos sexis de Bonoreta”, y es que cuando empezaron a subir este tipo de material “los patreons llegaron a triplicarse”.
Algo en lo que todos ellos coinciden, y que se fomenta desde la propia plataforma, es que más allá del hecho económico uno de los puntos fuertes de Patreon es el trato directo con los seguidores propios, lo que permite crear un contenido más específico pensando directamente en ellos. Para los tres el trato con sus patreons es en todo momento cercano, una buena relación que además es participativa por la parte de los que están al otro lado de la pantalla.
Aunque estas letras se han centrado en la vertiente de creadores artísticos, ya que es una de las más potentes de la plataforma (contando con todo tipo de perfiles, desde músicos a escritores, pasando por ilustradores y cineastas emergentes), también tienen cabida en la misma otros enfoques muy distintos. Las pequeñas empresas también están presentes, como Nowadays de Brooklyn o la sala de eventos DNA Lounge de San Francisco, e incluso las ONG pueden encontrar aquí parte de su financiación como ya hacen el Rancho Relaxo, Autistic Not Weird o The Alongside Wildlife Foundation.