La emisión de moneda digital es uno de los negocios que más electricidad consume en el mundo debido a la utilización de macrogranjas de ordenadores para minar criptodivisas.
Según el Centre for Alternative Finance de la Universidad de Cambridge, la red Bitcoin consumió, a principios de mayo de 2021, más de 140 teravatios por hora, superando así el consumo eléctrico de Noruega. De hecho, Cambridge señala que, si esta red fuese un país, estaría entre los treinta mayores consumidores de energía eléctrica del mundo.
Este tremendo gasto energético está provocando un grave problema de contaminación. Dos terceras partes de la energía utilizada para minar criptomonedas proviene de combustibles fósiles (como el carbón).
Además, esta actividad exige el empleo de potentes equipos informáticos, lo que a su vez obliga a la utilización de máquinas industriales de aire acondicionado para mantener refrigeradas las instalaciones de minado.
Codicia y despreocupación
A comienzos de 2021 el enorme impacto medioambiental no parecía preocupar a la inmensa mayoría de los inversores de criptodivisas. Coincidiendo con la tercera ola de la covid-19, el valor de capitalización de este mercado se disparó alcanzando, el pasado 12 de mayo de 2021, el inimaginable máximo histórico de 2,5 billones de dólares.
¿Por qué justo ahora se despierta el interés por las criptodivisas respetuosas con el medio ambiente si siempre se ha sabido lo contaminante que es el minado de bitcoines y de gran parte de las criptodivisas existentes? ¿Tiene esto algo que ver con la reciente caída tanto del bitcóin como del mercado de criptodivisas? ¿Se puede considerar que se está desinflando esta burbuja? Las respuestas a todas estas preguntas tienen un sorprendente nexo común: Elon Musk.
Tal y como detallamos en un trabajo anterior, la burbuja del mercado de criptodivisas nace de la confianza depositada por los inversores en este producto como refugio seguro durante la pandemia de la covid-19.
Esa confianza se afianzó el 8 de febrero de 2021, cuando Elon Musk, a través de su empresa Tesla Motors, compró bitcoines por un valor de 1 500 millones de dólares. Luego vino el anuncio de que Tesla permitiría utilizar bitcoines para pagar sus productos. Esto hizo que el precio de la criptodivisa se disparase en un solo día de 39 367 dólares a 45 971 dólares y su valor de capitalización subiese de 733 141 a 856 166 millones de dólares.
Mes y medio más tarde, el 24 de marzo de 2021, Musk tuiteó que desde ese día se podían comprar coches Tesla con bitcoines. Este anuncio alimentó aún más la tendencia alcista de la criptodivisa que, a mediados de abril de 2021, llegó a su precio y a su valor de capitalización máximos de 64 433 dólares y 1,2 billones de dólares, respectivamente.
Sin embargo, el 13 de mayo de 2021 Musk informaba, de nuevo a través de Twitter, de que se suspendía el uso del bitcóin como medio de pago de los Tesla por su excesivo uso de combustibles fósiles. No obstante, también señalaba que no vendería sus bitcoines sino que los utilizaría cuando empleasen fuentes de energía más sostenibles.
Pero lo más interesante fue que también afirmó que él y sus empresas estaban buscando otras criptomonedas que empleasen menos y mejor energía por transacción.
Baja y pierde cuota
Ese tuit supuso un cambio de sentido en el mercado de las criptodivisas. En un solo día el precio del bitcóin bajó un 14%, hasta los 48 942 dólares. También cayó su valor de capitalización y el del mercado de criptodivisas (por debajo del billón de dólares y hasta 2,1 billones de dólares, respectivamente).
El tuit de Musk también hizo que el predominio del bitcóin en el mercado de criptodivisas cayese hasta el 42% (y se haya mantenido en esos niveles), cediendo parte de su cuota a otras criptodivisas, entre las que destacan aquellas respetuosas con el medioambiente.
Por otra parte, el Banco Popular de China anunció el 19 de mayo que dejaba de aceptar como forma de pago las criptomonedas. Este anuncio hizo caer hasta un 30% el precio del bitcóin, llegando a un mínimo de 33 448 dólares, 629 462 millones de dólares de capitalización y a un valor de capitalización total del mercado de 1,3 billones de dólares.
A finales de mayo, el precio del bitcóin, su capitalización, e incluso el valor total de capitalización del mercado, han caído un 48% desde sus valores máximos, alcanzados a mediados de abril y mantenidos durante mayo.
Pero que no cunda el pánico, el mes de mayo cerró con una ligera recuperación, e incluso estabilización del mercado de criptodivisas, situando su valor de capitalización en torno a 1,7 billones de dólares (aunque sigue lejos de su máximo de 2,5 billones).
El bitcóin ha seguido una tendencia similar: su precio supera los 37 000 dólares y su capitalización los 700 000 millones de dólares (aunque sigue lejos de sus máximos de 64 000 dólares y 1,2 billones de dólares respectivamente).
La burbuja de las criptodivisas no ha estallado, tan solo se ha desinflado y el bitcóin ha sido la criptodivisa más afectada. Su cuota de mercado ha quedado en el 42%, muy lejos de su máximo de casi el 72% a principios de 2021. Esta pérdida de predominancia del bitcóin ha propiciado que cada vez haya más criptodivisas en circulación, siendo más de 10 400 actualmente.
Inversión + medioambiente = criptodivisas sostenibles
Los agentes económicos están cada vez más interesados en invertir en criptomonedas sostenibles y, por ello, incluso las más contaminantes están buscando la forma de reducir su impacto medioambiental.
El bitcóin encabeza el ranquin de las criptodivisas más contaminantes. Esto se debe a que su proceso de minado conlleva complejos cálculos que requieren gran cantidad de energía que actualmente proviene, sobre todo, de combustibles fósiles, aunque Bitcoin está buscando la manera de sustituirlos por energías renovables. El objetivo es recuperar la confianza de los inversores que han dado la espalda a su criptomoneda, en parte, por el daño medioambiental que provoca.
Ether, la segunda criptodivisa con mayor valor de capitalización de mercado, consume 62,5 kWh por transacción y aunque su consumo energético es 10 veces menor que el del bitcóin, está preparando su transición a la red Ether 2.0, que introducirá un proceso de minado un 99% más eficiente y también más rápido.
Entre las criptodivisas más relevantes, las más respetuosas con el medioambiente son:
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Cardano: utiliza un proceso de minado muy eficiente que solo consume 0,59 KWh por transacción. Este factor ha generado gran interés entre los inversores y la ha llevado a posicionarse como la cuarta criptodivisa con mayor valor de capitalización del mercado.
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Dogecoin: con un proceso de minado rápido y eficiente, esta criptodivisa solo consume 0,12 KWh por transacción. Con ella ha aparecido nuevamente en escena Elon Musk, que ha preguntado a sus seguidores de Twitter si quieren que Tesla acepte dogecoines como método de pago. Este interés la ha posicionado como la sexta criptodivisa más relevante.
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Ripple (XRP): es la quinta criptodivisa con mayor valor de capitalización. Solo consume 0,0079 Kwh por transacción porque sus tokens están preminados y por ello, las transacciones son muy rápidas.
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IOTA: solo lleva seis meses en circulación pero ya se ha posicionado entre las treinta criptodivisas más relevantes. Solo consume 0,00011 KWh por transacción.
Además, continuamente están apareciendo nuevas criptodivisas ecológicas, tales como:
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Solarcoin: con el fin de premiar las instalaciones de energía solar se da un solarcoin por cada megavatio hora generado por esta energía.
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GBMcoin: su reclamo es que, al adquirir esta criptodivisa, se está contribuyendo a reforestar las selvas en peligro.
Algo está cambiando en el mercado de criptodivisas. Parece que la revolución verde ha llegado.
María de la O González Pérez, Profesor Contratado Doctor, Área de Matemáticas, Departamento de Análisis Económico y Finanzas, Universidad de Castilla-La Mancha y Francisco Jareño Cebrián, Catedrático de Universidad, Área de Economía Financiera, Departamento de Análisis Económico y Finanzas, Universidad de Castilla-La Mancha
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.