La predisposición biológica y las experiencias vividas explican, en cierta medida, la aparición de los problemas de salud mental, pero lo que verdaderamente explica el mantenimiento o empeoramiento de las dolencias mentales son las estrategias que se utilizan para regular lo que se siente. En este sentido, la rumiación es la principal estrategia silenciosa que aleja a la población española del bienestar.
Esta es una de las principales conclusiones del estudio “Comprender o rumiar nuestras emociones. Análisis de las estrategias silenciosas que nos acercan o apartan del bienestar emocional”, elaborado por el seguro de salud de Línea Directa a partir de los resultados de 1.700 encuestas realizadas en toda España en las que se han incluido instrumentos psicométricos validados y utilizados a nivel mundial en el ámbito de la psicología y salud mental. Este informe se ha elaborado conjuntamente con la experta en Inteligencia Emocional, Ruth Castillo-Gualda, y el especialista en Intervención de la Ansiedad y el Estrés, Juan Ramos-Cejudo, ambos profesores de la Facultad de Salud de la Universidad Camilo José Cela (UCJC) con el objetivo de conocer qué ocurre en la mente de las personas para desarrollar problemas emocionales, detectar sus principales indicadores de sintomatología clínica de trastornos y proponer estrategias de prevención o protección que ayuden a la población a gozar de salud emocional.
Estrategias que alejan o acercan al bienestar emocional
Lo que las personas hacen con sus sentimientos les pueden alejar o acercar al bienestar emocional. En este sentido, se identifican tres respuestas poco útiles que conducen a la ansiedad y la depresión y por tanto alejan a los ciudadanos del bienestar: reprimir lo que se siente, rumiar la situación o el problema y desconocer las causas del malestar emocional. Dos ejemplos de estrategias poco útiles ante un problema de pareja pueden ser: darle vueltas a la forma en que se reaccionó en una discusión pasada, de manera obsesiva y en bucle (rumiar) o anticiparse a consecuencias negativas como la ruptura, sin que hayan llegado a suceder.
La buena noticia es que existen estrategias que acercan a las personas al bienestar y que previenen la ansiedad y la depresión y, por tanto, ayudan a tener una mejor salud mental. Estas se basan en identificar las emociones, comprenderlas y reevaluarlas y son habilidades se pueden entrenar y mejorar, tanto en contexto clínico como en el educativo. Un ejemplo de reevaluación de emociones es el de reinterpretar la frustración: “No conseguir algo que quiero no implica que no sea capaz, que no sea lo suficientemente válido”.
Los problemas de salud mental en España
Los problemas de salud mental han crecido en los últimos años. La OMS estima que 450 millones de personas en todo el mundo sufre un trastorno de este tipo que dificulta gravemente su vida.
En España, rumiar las emociones es el principal indicativo de síntomas clínicos. En este sentido, el 47% de los catalanes dice haber sufrido problemas de salud mental a lo largo de su vida, una media sensiblemente superior a la del conjunto de España (40%). Además, este es un problema bastante más común entre los jóvenes, con un preocupante 54% de chicos y chicas de 18 a 29 años que admite haber atravesado este tipo de problemas a nivel nacional. De hecho, según la OMS, la mitad de los trastornos de salud mental comienza a los 14 años o antes y dos tercios de los problemas de salud mental dan sus primeras señales en la infancia tardía o la adolescencia.
Las dolencias en salud mental más prevalentes en nuestro país son: la ansiedad (68%) y la depresión (51%), seguidas del trastorno del estado de ánimo (29%), los pensamientos suicidas (12%), los trastornos de la conducta alimentaria (12%) y las adicciones (10%).
Existen diferencias de género en la prevalencia de problemas de salud mental que padecen hombres y mujeres. Mientras las dolencias predominantes en los hombres son las adicciones (+7pp), los trastornos del comportamiento (+6pp) y el trastorno bipolar (+4pp); en las mujeres son la ansiedad (+7pp), los pensamientos suicidas (+5pp) y los trastornos de la conducta alimentaria (+5pp).
En las diferencias por Comunidades Autónomas, Islas Baleares (51%), Cataluña (47%) y Cantabria (45%) son las comunidades con el mayor porcentaje de habitantes que dicen haber atravesado problemas de salud mental.
Por el contrario, La Rioja (30%), País Vasco y Asturias (33%) son las regiones con un menor porcentaje. Cataluña, por su parte, se encuentra por encima de la media nacional (40%) en cuanto a habitantes que afirman haber atravesado problemas de salud mental.
Los antidepresivos, la forma inmediata de afrontar problemas de salud mental
Cuando la rumiación no se trata de forma adecuada o no se saben gestionar las emociones de forma eficaz, pueden aparecer problemas más graves de salud mental. Y en este sentido, las cifras confirman que hay una consecuencia directa con el consumo de ansiolíticos o antidepresivos. Tanto es así que 1,2 millones de catalanes (21%) han tomado antidepresivos alguna vez. De estos, el 30% los consume casi a diario, con un mayor porcentaje de mujeres. La venta de ansiolíticos y antidepresivos en las farmacias de España ha subido un 40% en la última década siendo además España el país que está a la cabeza de Europa en el consumo de psicofármacos.
Otra de las conclusiones de este estudio es que el 60% de los españoles ha tomado alguna vez medicamentos para dormir y 1 de cada 4 los consume prácticamente a diario dándose un mayor consumo entre las mujeres.
A la vista de estos datos, no es de extrañar que más de la mitad (53%) de los catalanes (media superior a la nacional del 46% y la más alta de España) haya pedido alguna vez ayuda a un profesional por problemas de salud mental. De estos, el 61% acude una vez al mes o más a consulta. A nivel nacional, los jóvenes de 18 a 29 años son los que más acuden a los profesionales. Sin embargo, más de la mitad de las personas con trastorno mental que necesita tratamiento no lo recibe. Un hecho en el que seguramente influya que el 70% de la población española piense que la salud mental sigue siendo un tabú.